¡Ante todo, el Perú!

  • Hoy lunes se inicia una nueva etapa democrática:

Por: Adolfo Ramírez del Aguila.
arda1982@yahoo.com

 

Al momento de darle un último retoque a este escrito, acabo de escuchar el flash electoral de las cuatro de la tarde. Los entes electorales piden mucha prudencia frente a estos primeros resultados a boca de urna de la segunda vuelta, Elecciones Generales 2016. Lo que está confirmado es que ya hay una decisión tomada en esta contienda electoral.
El proceso se cierra y se abre al mismo tiempo, para dar paso a una nueva etapa en la vida de nuestro país. Los historiadores nos hacen caer en la cuenta, que es la primera vez en 195 años de vida republicana, que tenemos cuatro elecciones generales consecutivas, sin interrupciones a causa de un golpe o autogolpe de estado. De Valentín Paniagua a Alejandro Toledo, de Toledo a Alan García, de García a Ollanta Humala y ahora Humala entregará la banda presidencial a otro (a) elegido (a) democráticamente. Felicito a mi país por haber evolucionado cívicamente.
Conocido los resultados oficiales al 30% ofrecido por la ONPE para las nueve de la noche del mismo domingo, ojalá que los candidatos de esta lid electoral se hayan dado el abrazo de la necesaria reconciliación y hermandad sincera; eso se llama cultura democrática y madurez cívica. Las acusaciones, los golpes bajos, las denuncias sensacionalistas, que se dieron en este segundo valotaje, deben quedar para el anecdotario electoral. El Perú exige a sus lìderes, mayores responsabilidades ante los graves problemas pendientes. Es hora de voltear la página y retomar el camino de la democracia cotidiana.
Las redes sociales por primera vez, han jugado un papel protagónico, como nunca. Cuántos debates, unos tolerantes otros fanatizados, pero todos han sido educativos, nos han ayudado a reflexionar y a entender la política. Muchos jóvenes (nativos digitales) por primera vez, han aprendido a dar su opinión en el Facebook. Muchos adultos (migrantes digitales), hemos aprendido a intercambiar puntos de vista a veces discrepantes. Ahora nos toca defender ya no una candidatura, sino los sagrados intereses de la patria.
Agradecemos a los peruanos y peruanas que han dirigido el gobierno en este último quinquenio, y ojalá se queden en el país para dar la cara por sus actos. Siempre hay errores directos e indirectos en la gestión pública, y a veces amerita una acción judicial para deslindar responsabilidades. Tenemos la mala suerte de tener ex gobernantes que son denunciados por graves delitos y van a la cárcel o eluden a la justicia. Esperemos que el señor Humala y la señora Heredia, tengan la madurez ciudadana de quedarse en este país a afrontar la fiscalización pertinente.
Como ciudadano y como creyente, suscribo la firme voluntad de poner el hombro, para que los actos del nuevo gobierno, si construyen el bien común, sean apoyados sin ninguna mezquindad; pero si destruyen las esperanzas y sueños de los pobres, el total rechazo con las armas que la misma democracia faculta. Es costumbre entre nosotros, creer que nuestra responsabilidad ciudadana termina cuando emitimos el voto y punto final; nuestros deberes deben continuar al día siguiente del sufragio, participando en la lucha diaria, construyendo de lunes a domingo el país que queremos.
No esperemos entonces nuevamente las próximas elecciones para recién preocuparnos por el bien común; se hace necesario un trabajo permanente por el progreso con justicia social que es lo que en realidad busca la acción politica. No debemos dar carta blanca a nuestras nuevas autoridades elegidas. Actuemos con madurez cívica participando en todas las instancias que la propia democracia recrea para ser un ciudadano militante: los partidos políticos, los movimientos culturales, las organizaciones sociales y hasta los grupos eclesiales.
Desde este rincón de la Amazonìa peruana, hacemos votos para que las promesas electorales de la nueva clase política que se va a instalar el 28 de julio, se hagan realidad, más que todo aquel ofrecimiento de defender los bosques de los apetitos voraces de las grandes transnacionales que con vocación rapiña están invadiendo este sagrado lugar del Perú.
Que Dios Padre que hace llover sobre buenos y malos, nos ayude a reconciliarnos después de esta etapa electoral muy confrontacional y violenta. Que Dios Hijo que es amigo de santos y pecadores, nos ayude a mirar juntos los objetivos comunes que nos unen a todos los peruanos a pesar de nuestras diferencias. Que Dios Espíritu Santo, que ama a su pueblo en especial a los más pobres, nos encauce por las verdaderas sendas del progreso económico sin inequidades ni exclusiones sociales.
Dios bendiga a los peruanos y peruanas y a esta democracia que nos ha permitido elegir a quienes nos gobernarán en los próximos cinco años. ¡Ante todo, el Perú! Amén.