Han pasado más de tres décadas del hospital emblemático de la región Loreto, muy bien diseñado en el papel y con objetivos claros de atención de calidad y calidez, con los especialistas, con personal profesional y técnico, así como administrativos que sumen en su evolución como referente de la atención de salud en la región.
Un aniversario más, un año más, de altas y bajas, de buenas y malas, de esperanza. Son ya 35 años que han pasado para el Hospital Regional de Loreto, sin que se haya cumplido con todos los servicios para lo que estaba proyectado, como el departamento oncológico que más de diez años después de su inicio empezó a tomar bríos de existencia, años después se consolidó aún más, y actualmente sigue su ruta de esfuerzos por mejorar, y con pacientes agradecidos por todo lo bueno que representa.
En el tiempo, hemos vivido de cerca casos de pacientes respecto al mal trato por determinado personal de salud, y ese es el aspecto más importante en la atención y recuperación, y es una enorme debilidad que tiene el hospital, en vista que, el amor demostrado a través de una atención que dignifique al enfermo, es también aportar para su sanación.
Lo que hemos podido notar es que cierto personal debe trabajar bastante en la empatía para que se pongan en el lugar del paciente, sobre qué es lo que esperan y necesitan del personal de salud de un hospital cualquiera que sea, porque este problema es una constante en muchos centros de atención pública.
Es además preocupante, que ese mismo personal en otro horario, y en un centro privado tiene otro trato, siendo más amable, más atento, más colaborador, más empático, comprensivo, y la razón es simple: están viendo al paciente como a un cliente, que es la razón de la existencia de la empresa, sino, la misma se va a la quiebra. Pues, miremos que la empresa es el Estado, los clientes los ciudadanos, y que los sueldos están garantizados, y que es un servicio al país. Pero, el sistema no permite aplicar que quien no atiende bien, debe retirarse.
Soñamos que, para el próximo aniversario del hospital regional, el porcentaje de atención con buenos tratos sea lo más alto, que los malos tratos sean muy mínimos, y que muchos pacientes sientan que se recuperaron también porque el trato amoroso, con calidez, contribuye a la sanación. No todo es equipos, infraestructura, alta preparación, ya que amor, tecnología y capacidades, se podría decir que es la trilogía de la salud.
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Amor que sana
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