- Productores de la comunidad nativa San Jorge cuestionan apoyo de la Municipalidad Provincial de Loreto – Nauta.
Miembros de la asociación de agricultores de la comunidad nativa de San Jorge, ubicada a orillas del río Marañón, expresaron su malestar con la Gerencia de Desarrollo Económico de la Municipalidad Provincial de Loreto – Nauta. Según denunciaron, las semillas de maíz híbrido entregadas como parte de un programa de apoyo no germinaron, generando frustración entre las familias campesinas.
La entrega se realizó el pasado viernes 25 de julio durante un acto público, en el que se distribuyeron semillas de la variedad híbrida Dekalb a cuatro organizaciones agrarias de comunidades del Marañón y del mismo distrito de Nauta. Sin embargo, los agricultores de San Jorge señalaron que los cuatro kilos que recibieron no tuvieron resultado alguno al momento de sembrarlas.
Para estas comunidades, el maíz no solo representa un recurso importante para la alimentación, sino también una fuente de ingreso económico fundamental. La pérdida de estas semillas significa un golpe a sus expectativas, ya que muchas familias confiaban en este apoyo institucional para mejorar su producción.
Los agricultores también advirtieron que, con el paso del tiempo, muchas variedades nativas de semillas que antes cultivaban en los suelos del bajo Marañón han desaparecido. La pérdida de prácticas ancestrales como la conservación de semillas, conocidas tradicionalmente como mujo, ha provocado una dependencia cada vez mayor de los insumos que brindan las autoridades.
Frente a esta realidad, los productores hacen un llamado a las instituciones públicas para que no solo entreguen semillas, sino que también proporcionen acompañamiento técnico. Consideran necesario que se brinde asesoría especializada sobre el uso adecuado de semillas híbridas y que se fortalezcan las capacidades de los agricultores.
Finalmente, recordaron que el campo loretano lleva décadas siendo relegado por las autoridades de turno. Por ello, exigen políticas agrarias más responsables, sostenibles y respetuosas del conocimiento ancestral, para evitar que el abandono y la desilusión sigan marcando el camino de quienes cultivan la tierra.
(K. Rodriguez)






Debe la municipalidad responsabilizarse de los gastos de labranza, siembra y otros