Una vez más la excesiva velocidad trajo como saldo dos muertos y seis heridos, tres de ellos extranjeros, fue aparatoso el choque que dejó la colisión de un automóvil y una miniván que hacían ruta interprovincial por la carretera Iquitos Nauta.
El accidente se registró a las 5:30 de la mañana, en el km. 69 de la carretera, a esa hora la neblina cubre la carretera e imposibilita la visión de algunos conductores que, a pesar que conocen la ruta, ya tuvieron malas experiencias y con pérdidas humanas. Según testigos, donde ocurrió el accidente es una zona alta y con curva pronunciada.
Según manifestaron, el conductor de la minivan de placa de rodaje T5S-956, perteneciente a la empresa «Virgen de la Puerta» identificado como Sergio Gustavo Brisuelas Palomino (50), habría pestañado e invadido el carril contrario, impactando contra el automóvil Station Wagon de placa de rodaje B3X- 357 color blanco, que venía a Iquitos, perteneciente a la empresa de transporte «Iquitos» conducido por José Luis Solano Castillo (43).
La parte delantera de ambos vehículos quedó destrozada en media pista, algunos heridos salieron disparados por las ventanas, pero quienes no corrieron la misma suerte fueron Gener Roger Yaicate Icomena (40) y la señora Olga Marlene Silvano Tamani (43) que tenía 6 meses de gestación y se encontraba en el asiento del copiloto, quienes murieron al instante.
Los heridos, aparte de los conductores, fueron identificados como Sadith Ahuanari Sima (45), y tres de nacionalidad Holandesa y canadiense, identificados como Davies Allison, Mark Gilmour e Isaac Hamish.
Moradores de la zona y efectivos de la Policía de Carreteras auxiliaron a los heridos, y en diferentes unidades móviles fueron trasladados hasta el Centro de Salud de Nauta, luego en dos ambulancias del SAMU evacuaron a los extranjeros a clínicas privadas en Iquitos.
El señor Henry Vela, cuñado de la gestante fallecida, precisó que Olga Silvano, estaba de visita en Nauta, ya que radicaba en Lima, y que el fatídico día, había madrugado al puerto de Nauta para comprar pescado y luego revenderlo en el mercadillo de «El Triunfo», un caserío que se ubica a 10 kilómetros de donde ocurrió el accidente. Un hecho que sin lugar a dudas enluta a dos familias. (C. Ampuero)