“Acá los peruanos se hacen extranjeros al morir”

  • Expresó el señor Díaz Curitima, antiguo morador de la isla Santa Rosa.

Él es quien libra el terreno donde hay 10 personas enterradas, con la esperanza de que se convierta en un campo santo peruano. Viene pidiendo al alcalde y a la teniente gobernadora que hagan gestiones para que el espacio se convierta en un cementerio al que pondrían de nombre “Luz de Esperanza”.
Nombre que nace de una tragedia. Su nieta Luz María, con apenas dos años de vida, cayó al río por descuido de sus padres y se ahogó. El terreno está en una pequeña loma, no es muy grande ya que lo rodean zanjas, que no permitirían la construcción de muchos nichos. Todos están enterrados en tierra.
“En verdad todos los terrenos son de la municipalidad, lo que pasa es que yo lo cultivo desde hace años, con la muerte de mi nieta se empezó a enterrar acá. Porque en la isla, cuando alguien muere, lo llevan a Tabatinga, es decir, al morir los peruanos nos hacemos extranjeros.
Estoy pidiendo al alcalde que este campo lleve el nombre de “Luz de Esperanza” en el anhelo de que algún día se convierta en cementerio formal.
La verdad es que todo necesitamos acá; cementerio, agua porque solo nos dan por horas para bañarnos, cocinar y lavar, luego sale del subsuelo o la lluvia. Pese a muchas carencias, nuestra comida es más rica, llegan extranjeros de todas partes a consumirla. Pero el abandono en la isla es grande por parte del Estado.
En salud estamos mal, en el covid varios murieron, yo casi me muero. He vivido hasta ahora, pero me han quedado síntomas, no puedo hacer esfuerzo porque me falta la respiración, me canso pronto. Pero me toca luchar hasta que Dios me de la vida”, dijo Díaz.
(Luz Marina Herrera Lama).