¡MAESTROS UNIDOS…………… JAMÁS SERAN VENCIDOS! RECORDANDO LA HISTORIA.

Por: Lic. Luis Roldán Ríos Córdova.   rioscordova2010@hotmail.com

¡Maestros unidos…jamás serán vencidos!…..Estribillo que los profesores vociferamos en las calles a sabiendas que el gobernante anterior nos ha calificado de burros y, peor aún, teniendo en contra a una  población convencida que otra cosa no somos, pues de eso se encargó el gobierno de los Antes Pobres Ricos Ahora y lo ha conseguido gracias al trabajo pancienzudo de su presidente, sólo para dejar en manos del maestro la culpa de la pésima calidad de la educación sin importarle para nada la educación en sí misma. Finalmente terminamos vencidos tras jornada de paros y protestas…y, vuelve el burro arrepentido con el rabo entre las piernas…

Bueno querido, yo soy licenciado en educación, y como nunca tuve (honradamente) más de once en los exámenes clasificatorios, no usaré aquello de licenciado, pues, nunca he visto un burro licenciado. Además, al someternos a exámenes «clasificatorios» el Estado estaba diciendo que nuestros títulos eran falsos, me da vergüenza ostentar un título falso y a nombre de la Nación, y otorgado por el Estado a través de sus socios y cómplices, las universidades e institutos.  Creo que es mejor comprar uno en Azángaro, total, igual sale a nombre de la nación. Qué más da, es la misma nación quien demuestra que lo que otorga a su nombre no sirve, no tiene validez, por lo tanto, falso.

Antes del mal intencionado examen para calificarnos de burros, yo tenía otro concepto de mi capacidad docente. Pues, las circunstancias me ayudaron a tener una idea equivocada de mis capacidades pues me hicieron creer que era altamente eficiente, al menos eso indicaba la evaluación de desempeño profesional que me otorgó mi institución, evaluación que debe de estar por encima de cualquier examen memorístico.

En las aulas cuando  decía al alumno que tiene que estudiar más, el alumno me contestaba, tú también profesor.

No podía corregir a los alumnos por temor a que me mandaran a estudiar. Cuando el primer día entré a las aulas, lo primero que hicieron es preguntarme cuánto me había sacado. Terrible conflicto interno entre mentir o decir la verdad (felizmente no había el polígrafo de Beto) porque en ese momento en fracción de segundos debíamos poner en la balanza la respuesta y sus efectos. ¿Cuál tiene menos consecuencias negativas para ambos?

Aunque mal de muchos consuelos de tantos tontos, no hace menos que consolarnos saber que no estamos solos, pues, así como hay maestros burros, hay abogados burros, presidentes burros, congresistas burros, médicos burros, ministros burros, consejeros burros, regidores burros, periodistas burros, en fin…

¿Quién ha demostrado que un examen hecho para medir la  memoria del profesor indica que no tiene capacidad profesional?  Nadie. Solo sirve para que el burro del Estado se lave las manos ¿porque no puede emplear a toda  su manada?

Todos los gobiernos quieren apóstoles en el magisterio. El apostolado implica perseverancia, calor humano, dedicación exclusiva y desinteresada, no necesariamente calidad profesional.

Bien. En este cuento  ocurrido en el país de las maravillas de Alicia García y  viendo que sólo sirve la nota catorce para arriba y no el buen desempeño profesional en las aulas, como debe ser, los profesores… ¿se dedicarán a los alumnos?… ¿o se abocarán a capacitarse para futuros exámenes eliminatorios?….¿Por dónde irá en adelante su mayor dedicación?

¿Puede un profesor tratado así por el gobierno tener moral para conducir educandos? ¿No habría sido responsable usar la evaluación con exámenes clasificatorios luego de concienzudas capacitaciones, salvaguardando la dignidad magisterial?

¿Se puede mejorar la calidad de la educación sólo culpando al maestro?

¿Qué más hace el Estado por el maestro?  Nada.  Intenta pero nunca llega a nada.

Y para eso los gobiernos no cumplen los derechos conquistados por el docente constituyéndose en el primer delincuente, si es que en el Perú no cumplir con la ley constituye delito.

A mis colegas de la manada les pido reorganizarse y empezar  a trabajar con los padres y con los alumnos no sólo para acordar celebraciones sino para involucrarlos en la calidad de la educación de sus hijos.

Insistan maestros, demuestren que la educación es prioridad en el presupuesto nacional, hagan respetar la profesión involucrándose en una verdadera calidad para destruir la sospecha de que el Estado tiene intereses diferentes al de su población, o que el país y la población son dos Estados diferentes, de lo contrario vamos a confirmar que el Perú no es una patria, es sólo un estado o un país ajeno.

La verdad – como no aprobé el farsante examen,  todo se ha trastocado en mi juicio, en la de mi esposa y de mi familia.

En la casa, ya no me llaman a almorzar, ahora me dicen: «¡Oye….toma tu alfalfa!».