Suele comentarse cuando algo malo le pasa a alguien, y decimos que debemos mirarnos en ese espejo, dando a entender que es una advertencia para que no nos pase los mismo, o para que no nos ocurra la misma desgracia.
Pero, ese espejo al que se miran muchos que llegan al poder político y económico para gobernar, parece que estuviera roto y no logran ubicar sus imágenes, porque no quieren, en la parte del quiebre que puede herirlos de por vida.
La sentencia que acaba de recibir el expresidente del país Alejandro Toledo, es una pequeña muestra de los graves hechos de corrupción que han ocurrido y se percibe siguen presentándose en el gobierno nacional, gobiernos regionales y municipales, y que están en procesos policiales, fiscales y judiciales.
El asunto no solamente va por los años de sentencia que deben ser lo suficientemente duros para ir sentado precedente e ir frenando ese saqueo descarado a las arcas del dinero público, sino debe apuntar al rápido recupero de lo sustraído o conseguido ilícitamente a favor personal y de grupos, para invertir en las bases de desarrollo que tanto necesita el país, e incluso ir pagando nuestra monumental deuda externa.
Es un secreto a voces de cómo se dan las “coimas” por las obras, no todos, pero así parece. En este caso la Fiscalía ha afirmado que Toledo solicitó 35 millones de dólares a cambio de que la empresa brasileña Odebrecht ganara el proyecto de la Interoceánica Sur y los acuerdos pactados.
La sentencia del Poder Judicial señala una pena de 20 años y 6 meses de cárcel, en tanto la Procuraduría General del Estado estimó una reparación civil de un millón 375 mil soles y 463 millones de dólares que deberá pagar de manera solidaria Toledo Manrique y sus coimputados.
Basta con ver los signos exteriores de riqueza marcando un antes y un después de ejercer cargos públicos, donde se evidencian los robos al Estado, en el caso de gobernantes y funcionarios. El daño a la población peruana es enorme, mientras seguimos sumergidos en marcada extrema pobreza y mínimo desarrollo.
La condena leía ayer es parte de uno de los procesos judiciales más impactantes en el país, mientras sigue el mismo teniendo en investigación a los también expresidentes Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), y estuvo en un similar expediente Alan García (2006-2011), quien se quitó la vida en abril de 2019. ¿Las actuales autoridades seguirán mirándose al espejo para no reflejar lo mismo, o no se darán cuenta del quiebre fatal?