- Jenaro Herrera publicó una obra sobre este conflicto, en su calidad de protagonista.
Hace 145 años, exactamente el 5 de abril de 1879, Chile declara la guerra a nuestro país, desencadenando uno de los conflictos más trágicos para nuestra nación.
La guerra entre Chile y Perú tuvo repercusiones inmediatas en términos militares y territoriales, además de funestas consecuencias en el ámbito social, económico y hasta cultural de nuestro país.
A través del tiempo, y a pesar de no haber sido el Perú país limítrofe con Chile, vemos que esta nación declaró dos veces la guerra a la nuestra.
La primera, ocurrió el 17 de octubre de 1838, en que se declaró a la Confederación Peruana – Boliviana, y ocupó Lima de manera militar desde el 22 de agosto hasta el 10 de noviembre de 1838.
Luego, el 5 de abril de 1879, el conflicto quedaría registrado en la historia con la escueta noticia:
“El gobierno de Chile declara la guerra al gobierno del Perú”
Tal declaración llenó al Perú de inmenso estupor a la par que de indignación general. Ella paralizó a la vez, y rompió, de una manera brusca y descortés, al proceso de mediación pacífica abierto en Santiago que se hallaba en tramitación.
(…) estábamos completamente desarmados y desprevenidos. El despertar de ese sueño pacífico era pues terrible; y el súbito tránsito a la guerra era de suyo pavoroso, por las funestas consecuencias de ella, para un país rico y próspero, como hasta aquí lo había sido el nuestro.
Sólo un gran patriota y quien vivió la guerra, describiría este pasaje. Fue don Jenaro Ernesto Herrera Torres, quien luchó en la Batalla de Miraflores, siendo herido gravemente, pero sobrevivió; y a especial pedido del rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, José Matías Manzanilla, plasmó vívidamente este período en la obra: “La Universidad Mayor de San Marcos y la Guerra de Pacífico”, que vio la luz en 1929.
Teníamos a la sazón 18 años y cursábamos el 1er. año de estudios de jurisprudencia, y con tal edad y cultura, fuimos perfectamente conscientes para apreciar lo que veíamos hacer a los otros y lo que hacíamos nosotros mismos.
Durante ese quinquenio de lucha y sacrificio, en pro de la defensa de nuestro derecho y autonomía; encargo que, regocijado, hube de aceptar, por dos motivos: por haber pertenecido, desde luego, el suscrito, a esa juventud; y constarle por consiguiente, su profundo amor cívico y acción patriótica imponderable, en los campos del honor nacional; haciendo la vida de campaña con ella y soportando los rigores de la lucha, en las batallas de San Juan y Miraflores, con los efectos letales de esas dos memorables derrotas; y porque esa historia después, que ha sido así, vivida y sentida por el infrascrito, por lo mismo que presupone, nobles sentimientos, puros ideales y sacrificios sublimes, ha debido escribirse, por más de un motivo, para instrucción y ejemplo de los que quedan y eficaz lección de los que vienen.
Jenaro Herrera: Gestor de la cultura histórica
Jenaro Herrera dejó un legado en la preservación de la Historia y el homenaje a aquellos que sacrificaron su vida por la patria. Así, su iniciativa y gestión permitió la construcción del Obelisco de los Héroes de la Guerra con Chile, ubicado en la plaza de armas de Iquitos.
Así, se habría visto imbuido para “despertar el culto de nuestros héroes, elevarles monumentos”, como una forma de pagar, aunque nunca suficiente, la deuda de gratitud de alma nacional, a los que, en la hora en que se perdía todo, supieron salvar siquiera sea el honor de la República.
¡Bendito seas, pues precioso y noble sentimiento que hoy, después casi de medio siglo, nos permites rendir este homenaje a todos los que en la hora difícil de la prueba, fueron, acción, heroísmo, sacrificio y abnegación sublime. Ellos murieron por defenderla: nosotros debemos esforzarnos para hacerla grande y fuerte”.
Jenaro Herrera trabajó decididamente para dar el homenaje a los compatriotas loretanos que combatieron en la Guerra con Chile, mediante el citado monumento para la perpetuidad del sacrificio y su mayor divulgación, dentro y fuera de la República, para el bien de la patria.
Supieron morir todos los generosos ciudadanos que han escrito con su sangre en los enlutados anales de esta infausta guerra, la inmortal divisa de la dignidad y del honor – “Primero la muerte que la infamia”.
El presente informe ha rescatado la figura de Jenaro Herrera desde una arista poco conocida de él, pero crucial. Es sólo una de las tantas que demuestran la justicia que merece su homenaje. La Corte Superior de Justicia de Loreto se lo rendirá este 8 de abril, a 163 años de su natalicio.
Será una significativa ceremonia de develación de busto y la presentación de un libro que recoge sus principales artículos, como los de Raúl Porras Barrenechea, titulado: “Iquitos en el Espejo del Tiempo – Parte II”. La comunidad está invitada a participar de esta actividad gratuita a las 11:30 de la mañana, en la sede judicial (frente a la plaza 28 de Julio).