Identidad en valor

Estamos viviendo en pleno aniversario oficial de nuestra ciudad capital de la región Loreto, un debate sobre la verdad más cercana respecto a la fecha de fundación de Iquitos, algo que se viene investigando desde hace mucho tiempo.
Por supuesto que es importante conocer nuestro pasado o desde cuando existimos, como cuando se registra nuestros nacimientos que da lugar a la llamada partida de nacimiento, que es el documento base para otros que se necesitará a lo largo de nuestra existencia.
Lo del 5 de enero, es una fecha más cercana que se encontró como el inicio de una ciudad, puesto que hasta antes de, era una población habitada por indígenas de los Iquito y Napeanos. Los escritos de religiosos nos aproximan más a la naciente ciudad.
Esta historia más allá de buscar exactitudes de fechas, tendrían más bien que llevarnos a seguir revalorando nuestra cultura que viene desde las etnias antes mencionadas, para fortalecer la base de nuestra identidad y sentirnos orgullosos de ese pasado indigenista, aunque luego se haya dado un mestizaje como en todos los lugares de este planeta que habitamos.
Esta base nos permitirá ser más creativos en todos los aspectos del desarrollo de esta actual ciudad que amamos y nos alberga, como en el aspecto arquitectónico en los proyectos constructivos de la actualidad y no tratar de copiar a algún diseño europeo o de un Miami, que responden a otras historias pasadas.
Si bien, en nuestra memoria y experiencia hubo una etapa de la fuerte influencia de personas venidas desde Europa y nos han dejado parte de su estilo constructivo, sus elementos estéticos, no es la base de nuestro origen como pueblo, fue una etapa y eso tiene su análisis con hechos positivos y negativos, pero no somos europeos, por lo tanto, seguimos en ese proceso de la reafirmación de nuestra identidad.
Lo torpe fue que los que llegaron, no valoraron a quienes habitaban acá, a los dueños de estas tierras, ni a lo que habían logrado como pueblo ancestral, como sus construcciones que sin tener alta ingeniería tenían y tienen una belleza que sólo lo explotan las empresas con fines turísticos y son muy apreciadas por los visitantes como las casas de madera, con techos de hojas de irapay, y nuestro transporte fluvial en canoas. Y tenemos que seguir poniéndolos en valor.