Aniversario de Diamante de la promoción centenario de la ciudad de Iquitos 1964G.U.E. – M.O.R.B. – C.N.I.

Autor: Hugo Saavedra Eléspuru

El pasado es un árbol
de raíces profundas y
follaje que
reverdece en cada
primavera

Queridos y estimados amigos promocionales:
Hoy cumplimos 60 años de haber egresado de nuestro noble y añejo recinto donde quedaron aulas y espacios inaudibles de nuestras voces, el palpitar de nuestras ansiedades y emociones, y las paternales y sabias enseñanzas de nuestros esforzados y sacrificados maestros. Inolvidables todos ellos, en cada circunstancia de nuestras vidas. Hoy Celebramos pues nuestro ANIVERSARIO DE DIAMANTE.
En estos 60 años que quedan para siempre encuadrados en nuestros cuerpos, cuántas lunas llenas y días de ardiente sol han curtido nuestra piel, blanquearon nuestros cabellos y nos hicieron entender la vida y nos dieron a beber la dulzura del éxito y del amor y el acíbar del fracaso y la amargura del desengaño.
Los recuerdos golpean nuestra mente con destellos del ayer que iluminan nuestros pasos hacia los largos corredores del viejo Colegio. Espacios y vacíos como los del Convento antiguos en donde todavía corretean y flotan las risas cantarinas de los muchachos que en esos años delirantes integramos la Promoción Centenario 1964 del C.N.I. cuyos recuerdos, imágenes, nombres y apelativos llenan los espacios más recónditos de nuestras memorias y dormitan acurrucados en nuestros corazones.
Ahora es otro tiempo, algunas o muchas calles ya no son los acostumbrados referentes de nuestra memoria. Los espacios tan caros a nuestros recuerdos distorsionan el paisaje de nuestro ayer sin olvido, pero en las paredes húmedas y sombrías de algunos lugares olvidados aún no han dejado de crecer las buganvillas, los helechos, las trepadoras madreselvas, enredaderas y las siemprevivas; las mismas que orlaron de ilusión y ternura los primeros amores que nacieron al ritmo de intensos latidos y tartamudeantes frases de inexpertos corazones.
Las nuevas generaciones aún tratar de memorizar la ahora incrementada Tabla de Mendeleyev, otros siguen tratando de salvar el duro escollo del Teorema de Pitágoras, y los versos de Vallejo revolotean como colibríes de iridiscentes colores.
Siguen las playas del Nanay brindando sus cálidas y blancas arenas y sus tibias y sensuales aguas. Siguen cayendo las lluvias con sol sorprendiendo a desprevenidos visitantes de lejanas latitudes.
Y hay silencios de Catedral clamorosos y de angustia al llamado de Lista, no por tardanzas, sí por ausencias definitivas e infinitas, tantas como las veces que nos alumbra las noches de plenilunio, tantas como las aves que regresan a sus nidos en las agonías de los atardeceres, tantas como las flores que se marchitan después de un de Día de todos los Santos- Tantas ausencias como las horas, los tiempos que nos separan de aquellos que se han ido a un lugar sin tiempo y que partieron sin opción de darles un abrazo y sin espacio para decirles HASTA PRONTO.
Muchos nombres tocan las puertas de mi memoria. Aromas de tiempo adormecido. Quiero responder esos llamados, pero las palabras se quiebran en la garganta al escuchar otras voces con otras entonaciones. Voces de aquellos que nos abrieron las puertas del conocimiento…voces como las de Juan Manuel Del Águila y Judith Zamora, su esposa- Se va alejando con sus temas de Ciencias la voz de Oscar Angulo en un murmullo impreciso confundiéndose con la voz con ausencias de las RR en las pronunciaciones de Guillermo Rengifo y la voz autoritaria de David Bocanegra repitiendo machaconamente que el Padre Nuestro del Álgebra, según él, es el cuadrado de una suma. Sonrío y mis ojos se cierran en el deseo de despertarme junto a mis compañeros del ayer y de siempre; escuchando las bárbaras respuestas del cholo Walter Yalta, del disparate Jaime Zumaeta, y del Loco Luis Jiménez, tratando de resolver una ecuación algebraica con una incógnita. Todavía no logran hacerla.
Los que aún estamos recorriendo este valle, con los brazos abiertos y los ojos cansados de distancias, sabemos que tenemos pasaje comprado para embarcar en la góndola del Destino, en el tren o el avión al momento que llamen a embarque con voz inaudible PASAJEROS A BORDO…jiii.
Ojalá ese llamado tarde en llegar, porque todavía tenemos que rendir exámenes ante la vida, tenemos que resolver algunas ecuaciones al futuro, tenemos aún que mirar al horizonte para ver si la lluvia nos alcanzará a mojar. Tenemos que elevar nuevas oraciones para los que no están, tenemos que desfilar cada 5 de enero junto con los muchachos de la Promoción que aún quedamos en esta letanía contra el tiempo inexorable que apura nuestros pasos.
Sesenta Años… Aniversario de Diamante, más de medio siglo ha transcurrido desde aquella Primavera con fragancia de lavanda de nuestros años adolescentes, no solamente nuevas enredaderas han cubierto los muros del Colegio, las típicas casas de antaño, que acompañaban nuestros retornos a casa tiene otro perfil, las parvadas de aves trepadoras con su bullicio propio siguen retornando a sus nidos a las acostumbradas horas crepusculares, los maestros enseñan los mismos pasajes de nuestra historia, los mismos héroes han repetido sus hazañas y han muerto nuevamente en sus relatos, la cristina con rombo rojo ya no tiene ningún sentido, el uniforme beige con los arrogantes galones de 5to. Año, ya no lava desde hace más de medio siglo las arrugadas y amorosas manos de mi madre. Pero lo que vivirá por siempre imborrable, porque está tatuada con fuego en la memoria de los que aún quedamos como sobrevivientes de la Promoción, es la felicidad que tuvimos de conocernos y la alegría de haber compartido las inquietudes de adolescentes en ese tramo del camino, la suerte de haber conocido, en el trato diario, la trascendencia que tiene la amistad sin dobleces, la enseñanza con valores que cada uno traía desde su hogar, algunos con muchas falencias que nos han enriquecido y, los sabios consejos de los maestros que tuvimos- Todo ese bagaje nos ha permitido ser mejores amigos, mejores personas y mejores hombres en todas las acepciones que tiene el diccionario. Ahora en este nuevo año 2024 que comienza, estamos otra vez reunidos, reconociendo que la vida nos da esta nueva oportunidad para alternar y estar otra vez juntos, alegrándonos de poder seguir juntos caminando el pequeño o largo trecho que aún nos falta para llegar al puerto donde nos espera la barca que nos llevará en soledad, al destino final, sintiéndonos Hermanados para siempre.

Mario Celi Alemán
Presidente Vitalicio de la Promoción Centenario de Iquitos 1964