¿Prohibido fumar?

Volvemos a tocar el tema, dada la completa postura de los consumidores de tabaco,  de ignorar  el letrerito de marras que sólo está de adorno en la mayoría de establecimientos públicos y comerciales, al igual que la presentación en lugar visible de la famosa ley que prohíbe fumar en lugares públicos cerrados, como los restaurantes, consultorios profesionales, tragamonedas  y clubes privados por ejemplo, consideramos  que las autoridades del ramo, hagan acto de presencia en lugares donde el consumo es una cifra increíble de cigarrillos y verifiquen que el consumo es sumamente alto, lo que bien  merecerían una sanción drástica de las autoridades sanitarias que al parecer han olvidado dicho tipo de control, sobre todo cuando hay afluencia de público.

 

Leyendo cotidianamente la tal ley, colegimos inmediatamente,   que lo que busca la OMS    es que los gobiernos y los ciudadanos a nivel mundial se impregnen del sentimiento que fumar contribuye a la pobreza, pues produce pérdida de productividad; y en consecuencia reduce los ingresos y, lo peor, es causa de enfermedades y muerte.

 

Sobre este último caso, la OMS advierte que cada seis segundos una persona muere y muchas se enferman como consecuencia  del consumo de tabaco, por cuyo uso aumenta la presión de los sistemas de salud   y  tiene un impacto considerable en las economías pues se incrementan los costos de salud, mientras se genera menores ingresos por la pérdida de productividad.

 

Hace algún tiempo se creó el «Día de los que no fuman»; en el citado día, se incidió  con fuerza en el pedido para prohibir  totalmente la publicidad  de consumo de cigarrillos, así como la promoción y patrocinio del letal producto a nivel mundial. Muchos países que ya han adoptado medidas para limitar la publicidad, han determinado que las medidas han sido muy débiles e insuficientes para proteger a los jóvenes y a los adolescentes de los efectos conductivistas de la propagada tabacalera. En suma toda medida, hasta ahora,  ha resultado insuficiente.

 

Estudios realizados por la OMS, aseguran que las tabacaleras han aprobado un inmenso presupuesto en procura de una publicidad más agresiva a favor del consumo de tabaco, toda ella plena de glamour, energía y sensualidad dirigida  a la población joven.

 

Nuestro país, hace algunos años, aprobó la prohibición mediante una ley que obliga a  no hacer uso  de los  términos:  «Light», «Ultralight», «Ligero» o «Suave», así como términos similares en las cajetillas de cigarrillos, siendo también parte de la prohibición  el uso de símbolos que sugieran el consumo del citado producto. La norma agrega que quienes incumplan las recomendaciones, serán sancionados por la Comisión de Represión de la Competencia Desleal  y de Protección al Consumidor del INDECOPI y las Municipalidades. Pero pese al tiempo transcurrido, hasta ahora lo único que se percibe es que la población de fumadores, sobre todo femenina, ha crecido.