Si bien desde hace muchos años viven en nuestra ciudad familias decentes de países vecinos, en los últimos dos años la ciudad de Iquitos está siendo invadida por un buen número de delincuentes colombianos y venezolanos, y nuestras autoridades de Migraciones, la Fiscalía, Poder Judicial y Seguridad del Estado, no vienen reaccionando oportuna y eficientemente.
Nos preguntamos cuántas vidas de peruanos tiene que seguir ocurriendo para reaccionar, con el objetivo de detener en seco esta brutal arremetida de delincuentes extranjeros que no les importa ni su propia vida, menos de las personas a las que atacan a través de diversas modalidades delictivas.
Si antes de la llegada de estas personas de los países vecinos latinoamericanos ya teníamos nuestra delincuencia nacional, que actúa con similar ferocidad, sumados vienen generando mayor pánico y ansiedad por la inseguridad en casi la mayoría de habitantes de ciudades y poblados del país.
Las actividades más temerarias que realizan es el sicariato, así como extorsión que se deriva de préstamos “gota gota” sin evaluar al cliente sobre su condición y su capacidad de devolución, además que se trata de organizaciones crediticias ilegales (al margen de las nombras de la Superintendencia de Banca y Seguros), que imponen intereses tramposos que al final se vuelven impagables para sus clientes y pasa a un escenario de cobranza con agresiones verbales y físicas, como amenazas de muerte, y ejecuciones fatales.
También están los asaltos con robos de cuantiosas sumas de dinero a personas particulares, empresarios, funcionarios de entidades públicas, que posiblemente lo hacen en complicidad con el entorno, y sospechosamente de la noche a la mañana se vienen abriendo todo tipo de negocios en nuestra ciudad, y habría que preguntarse de dónde proviene tanto dinero.
Estamos en un escenario peligroso y la indefensión cada día aumenta, hasta nuestros compatriotas loretanos del serenazgo están en una situación de total vulnerabilidad frente a estos delincuentes que usan armas de fuego y ellos apenas con una vara. La intimidación está aumentando en nuestra propia casa.
Están haciendo lo que les da la gana en nuestra ciudad, basta ya. ¿Tenemos gobernador? ¿tenemos alcaldes? ¿tenemos regidores? ¿tenemos fiscales? ¿tenemos jueces? ¿tenemos prefectura? ¿tenemos policías? ¿tenemos seguridad del Estado? ¿tenemos gobierno nacional? Necesitamos respuestas urgentes, o esperan que el pueblo haga justicia con sus propias manos, y ya se han dado algunos enfrentamientos. Que se regule la presencia de extranjeros y que se expulse del país a los delincuentes porque tampoco van a llenar nuestras cárceles que cuesta al Estado mantenerlos con el pago de nuestros impuestos.