En esta semana, todos los cristianos, estamos viviendo intensamente nuestra fe hacia el señor, su hijo y el trabajo realizado en nuestro planeta. Nos frenamos para reflexionar y analizar nuestras vidas y nuestros actos, mirando a nuestro hermano mayor crucificado, en función a las 7 palabras que desde la cruz estremecieron al mundo.
El deporte se paraliza. Los dirigentes, DTs, jugadores y todo el personal vinculado a las diferentes modalidades, al analizar sus éxitos y fracasos, desean ser escuchados por Dios, para que, la actividad mejore, se engrandezca, para que los apoye en una mejor gestión, para que los jugadores además de valorar su autoestima, su comportamiento en el campo crezca y alcancemos un mejor nivel de competencia (física – técnica y mental).
Quién no es testigo de los ruegos a Dios, para que durante las competencias nos vaya bien, jugadores y atletas que antes de comenzar una confrontación nos persignamos ó nos vamos a la Iglesia para escuchar un mensaje y recibir la bendición del sacerdote. Los deportistas profesionales, todos los días le piden a Dios para que los acompañe y les vaya bien, porque detrás de ellos hay gente que depende de su trabajo. Si uno ha sido deportista, cuántas veces, después de un triunfo, agradecemos a Dios, pidiéndole además que lo transforme en un instrumento de progreso, paz y prosperidad.
Todos somos conscientes que en nuestro país la actividad deportiva necesita mucho dinero para despegar, pero por más que se exija el gobierno no refleja en el presupuesto general, una partida suficientemente capaz para resolver sus apremiantes necesidades. Estamos a punto de elegir una nueva gestión que esperamos, haga funcionar el músculo del cuello (esterno cleido mastoideo) y de una mirada más efectiva y prioritaria al deporte, contagiando al nuevo Congreso, que se dicten leyes para salir del retraso deportivo en el que nos encontramos. Te pedimos Señor, que no se olviden.
Hay que comprender que la muerte de Jesús se produjo como una expresión de amor, a lo que estamos convocados todos de alguna manera.
Hagamos votos para que el deporte, en nuestro querido país, tenga mejores días y a Jesús le decimos ayúdanos a resolver nuestros problemas……. ¡Te lo pedimos Señor!
HACIENDO DEPORTE…TAMBIÉN SE HACE PATRIA.