Lo que ha ocurrido en el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima nos tiene con la piel erizada, por la aparente falta de comunicación en el escenario de la pista de aterrizaje y despegue de las aeronaves, una incomunicación fatal para dos jóvenes bomberos y que pudo haber sido una mayor desgracia en cuanto a vidas humanas que lamentar.
Este grave hecho sigue en investigación, mientras que podemos darnos cuenta que cuando ocurre una desgracia, hay falencias que salen a la luz, como que quedó evidenciado que, por la mezquindad empresarial de agencias, cadenas hoteleras y otros, nuestro país solo tiene activado un aeropuerto internacional como es el Jorge Chávez.
Una instalación aeroportuaria que lleva el nombre de nuestro héroe nacional Jorge Chávez, que de resucitar se volvería a morir de la indignación por hacerle parte de un contexto nacional y mundial, que nos hace ver como un país de negligentes sea por el accidente fatal o por el hecho de carecer de varios aeropuertos con actividad internacional.
Esta desgracia que también evidencia el centralismo que soportamos, nos muestra que nuestros congresistas de la República no están trabajando para legislar en favor de las bases legales que generen trabajo, mejora en la economía, y entre otros, una interconexión aérea que vaya a favor de miles de turistas extranjeros que no les interesa pasar por Lima para venir a Iquitos u otros destinos turísticos del país.
Es hasta vergonzoso denotar que países como Estados Unidos tengan decenas de aeropuertos internacionales operando las 24 horas del día, y hasta, naciones pequeñas como Cuba que otorgan las facilidades para que quienes deseen visitarles tenga la posibilidad de hacerlo a través de varios aeropuertos internacionales y que en la época de los acuerdos con Obama, estaban listos una docena para recibir visitantes del todo el mundo.
Es todo un amarre de intereses para centrar el pase de los vuelos internacionales solo por Lima y que tenemos que retomar en la agenda de exigencias, sobre todo teniendo en cuenta que el turismo, después de la alicaída explotación petrolera, es nuestra mina junto a la economía verde que tiene un enorme potencial en nuestra biodiversidad amazónica.
A Lima se le tiene que hacer entender, que con esa mente obtusa de desarrollo nacional siguen frenando en seco el surgimiento más acelerado de las regiones, eso es antidemocrático, centralista, mezquino, arcaico en el entendimiento de la globalización. Y ustedes señores congresista de la Región Loreto ¿Se han interesado en legislar para desatar nudos “normativos” que nos impiden avanzar?
Desgracias que evidencian
