Insistimos: ¿Quién respeta el Pacto Ético?.

La repuesta que surge, inmediata y socarronamente, es  ¡Nadie!; sí, efectivamente nadie, aunque valga señalar  que es gracias a los desencuentros y acusaciones mutuas, como se ha ido dejando al descubierto, un maraña de actos fraudulentos que buscan enmascarar, sobre todo, los  montos que han percibido y siguen percibiendo tanto los candidatos presidenciales como los que aspiran  a un asiento en el Congreso de la República.

Tal como señalan los diarios del día en la capital de la República, vale decir los medíos de circulación nacional, casi todas las instituciones políticas ubicada en el partidor en procura de satisfacer sus intenciones, han incurrido en serias omisiones sobre los fondos recibidos para desarrollar sus respectivas campañas.

Haciendo abstracción a la esencia de nuestro epígrafe, ubiquémonos en la  línea que señala como acto ético,  ser sincero en las declaraciones sobre  los montos y origen de los  fondos percibidos para cubrir los gastos de campaña. Tal obligación  hasta ahora no ha sido cubierta por  ningún candidato y ello demuestra un acto de violación a una regla que debe cumplirse sí o sí, so pena de ser sancionado, aunque hasta ahora no se sabe qué penalidad se aplicará a los que oculten información sobre el particular.

Dentro de los grupos políticos infractores hasta el momento, figuran en primer lugar cinco entidades,  siendo la lista fujimorista la que hasta ahora manifiesta el mayor monto en la campaña y que alcanza la suma de algo más de dos millones de soles. Asimismo, el puntero en las encuestas, los representantes de Perú Posible, hasta ahora no cumplen con  reportar los gastos por viajes y alquiler de avión, además de información sobre el «cholobus».

Por su parte Lucho Castañeda de Solidaridad Nacional, tampoco ha presentado origen de  ingresos por 200 mil soles, agregándose a esto el origen de aportes individuales que según  la ONPE exceden los montos de ley. Sigue en la relación «Gana Perú» de Ollanta Humala, que declara aportes anónimos que suman 34 mil soles, pero no revela la identificación de quiénes han contribuido con  la compra de bonos nacionalistas.

Cierra la lista el grupo político que comanda Pedro Pablo Kuczynski, que recibe aportes en una cuenta bancaria, lo que impide  ejercer un estricto control en los gastos. Ahora ubicados en la textura del pacto ético, sólo nos queda preguntar: ¿las actitudes de los candidatos presidenciales al entregar información  económica alejada de la verdad, es o no es una agresión a la ética?