PPK ni suma, ni resta

Eso estaba cantado que en cualquier momento o circunstancia tenía que suceder, y eso fue desde un principio del gobierno de Peruanos por el Kambio. Por tanto no extraña ni tampoco suma, ni resta en un escenario parlamentario donde una mayoría rechazada por un altísimo porcentaje de peruanos, comanda.
Se han ido, han renunciado Mercedes Araoz, Carlos Bruce y Ana María Choquehuanca a la bancada de Peruanos por el Kambio (PpK), es la noticia nacional rimbombante. Y quedará en la práctica lo que fue un oficialismo casi imperceptible.
El escenario seguirá siendo el mismo con el malabarismo de grupos parlamentarios ensayistas de encubridores de hechos sospechosos, irregulares, de la percepción ciudadana de actuar a favor de intereses de grupos, personales, en sí, decisiones parlamentarias decepcionantes.
Ya no serán oficialistas Araoz, Bruce y Choquehuanca, acaso cambiará el escenario a favor de los intereses nacionales de forma implacable, tal vez se sumen al aniquilamiento disimulado, sutil, disfrazado hasta de legislación correcta, del desarrollo nacional.
El ingenio para la criollada es inmenso, pero ya no nos engañan. Es lamentable que hayamos llegado a esta situación. Y peor aún con parlamentarios provenientes de todas las regiones del país, a cada uno de los cuales dicen representar solo de boca. Los abruma el poder económico y político. Pierden la brújula.
Qué pasa con Loreto, por ejemplo, temas cruciales como la Hidrovía Amazónica, los congresistas loretanos están en una postura muy cómoda, mirando de lejos sin involucrarse en la reflexión, el análisis, encarando lo que realmente puede pasar con el dragado de los ríos. No pasa nada con esas posiciones de vitrina cuando quieren solo parecer fugazmente.
Más que nunca se activa la frase “que se vayan todos”. Y la gestión del presidente Martín Vizcarra luego de le renuncia de Pedro Pablo Pablo Kuczynski, está buscando la forma democrática de hacerlo, se desea lo logren, puesto que la ciudadanía está con la gota que rebasa el vaso.
Es evidente que tenemos posturas políticas sin decoro, donde no cuenta la opinión de los ciudadanos que son quienes emiten los votos y la razón de ser de los gobiernos con un sistema de elección, cuya debilidad es no tener la misma fuerza de elegir, como de expectorar. Los mecanismos están ahí, casi diplomáticos, pero están.