En medio de la crisis por los escasos recursos económicos, a los alcaldes de los distritos de las cinco cuencas les cayó una oportunidad de conseguir proyectos para que realicen obras en sus jurisdicciones, cuando poco o nada podían conseguir del gobierno central, que además está haciendo larga la reparación del Oleoducto Nor Peruano para el bombeo total de crudo que sirve para la deducción del canon petrolero para Loreto.
Como decimos, les cayó la oportunidad. Esto se inicia con la lucha de las federaciones indígenas que derivó en la firma del Acta de Saramurillo, cuyos acuerdos no se cumplen en un 95% según el cálculo de la Federación de Mujeres Kukamas de la cuenca del río Marañón. Y en ese reducido 5% están las obras que van consiguiendo los Apus para los municipios.
Antes los alcaldes iban a Lima a gestionar solo con su equipo técnico, en la actualidad tienen que hacerlo con los Apus e incluso cuentan con el soporte de los líderes indígenas de las federaciones. Ellos son como un motor para que los proyectos avancen en los distintos ministerios del gobierno central, eso es lo bueno, lo malo es que avanzan muy pero muy lento los documentos, lo que hace que no haya un alto porcentaje de cumplimiento de los acuerdos.
Se espera que después de la evaluación en Saramurillo, la quincena de diciembre, con la presencia de la PCM porque van a ser invitados, logren que cambie el panorama de gestión y avancen con mayor celeridad los expedientes en los ministerios para que así se vayan haciendo realidad en buena parte los acuerdos asumidos.
Uno de los participantes en una reciente reunión con el representante de la PCM, reclamó que los Apus se han convertido en “corredores de obras”, porque para los alcaldes contar con ellos en las gestiones tiene un peso para hacer realidad sus proyectos, que antes de lo suscrito, estaba aún más difícil conseguir aprobaciones.
Sin embargo, existen otras limitaciones como lo mencionó en un momento la alcaldesa del Tigre, la elaboración de los expedientes tiene un costo y que sería lo más recomendable que se destine también un presupuesto para la elaboración específica de esos expedientes, puesto que las municipalidades vienen haciendo enormes esfuerzos económicos y humanos para conseguir concluir los estudios, porque los profesionales que los elaboran tienen, obviamente, que cobrar sus honorarios.
Una muestra de la aprobación de proyectos es lo exhibido por Urarinas y reconocen que es con el apoyo de las autoridades indígenas. Son varias obras que están en ejecución y otras en vías de aprobación. Eso es positivo. Se espera que los acuerdos suscritos en Saramurillo no se queden en ese cálculo de 5% de avances, sino que se cubra al 100% tal como fue el compromiso del Estado.