Por: Adolfo Ramírez del Águila
Docente de Educación Secundaria
- Un video escolar pone en alerta al quehacer educativo:
Un video casero de contenido sexual “hecho en la escuela” y colgado irresponsablemente en las redes, alborotó a de toda la sociedad loretana por su alto contenido erótico muy fuerte. Teniendo como protagonistas centrales a dos escolares del tercero de secundaria, la escena fue objeto de múltiples comentarios y críticas a veces desafortunadas que nos develan las serias deficiencias de nuestra formación sexual.
Vivimos en una sociedad muy erotizada y hasta pornografizada. Fue increíble la demanda de los cibernautas por ver el video con una carga de “circo, morbo y sentencia” en palabras del comunicador social Oraldo Reátegui, que desnudaron la realidad de una sociedad hipócrita que baja su dedo acusador para condenar estos hechos inmorales, pero que a su vez se auto complace promocionándolos.
No es hora de buscar responsables, pero le toca a la escuela el gran reto de educar a nuestros niños y adolescentes en el marco de una educación responsable sin cucufaterías ni falsos moralismos, utilizando toda nuestra ciencia pedagógica para formar ciudadanos con integridad, ética y buenas costumbres.
Fue muy interesante el pronunciamiento de la responsable de tutoría de la institución educativa involucrada en este lamentable hecho, invocando a la población a dejar de morbosear con este video y más bien pensar en la salud mental de los adolescentes que cometieron el gran error de sobre exponer su vida íntima con incalculables efectos negativos para la vida personal propia y de su entorno más cercano.
La escuela, con todas sus limitaciones, es aún ese espacio de formación y crecimiento de nuestros niños y adolescentes. Los padres enviamos a nuestros hijos a ese lugar con la esperanza que logren afianzar su realización personal y social. Los maestros sabemos de esa gran responsabilidad comunitaria de nuestro quehacer educativo, pero es importante aclarar que nuestra labor es incompleta si los demás agentes como la familia, los medios de comunicación, la Iglesia las autoridades educativas, no hacen lo suyo.
El día que se desató el escándalo, fue curioso observar a padres de familia reclamando la responsabilidad de la escuela sin hacer un balance de su responsabilidad en el hogar. ¿Qué pasa en los hogares de estos chicos que protagonizaron este video-show erotizado? ¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación con este hecho? Fue lamentable el papel de cierta prensa escrita que solo supo vender el escándalo sexual en sus portadas con intención meramente sensacionalista.
La familia es el agente principal de la educación de los hijos, pero por sobrecarga laboral o irresponsabilidad funcional, los padres de familia muchas dejan casi toda la responsabilidad a la escuela, creyendo que es la guardería para sus hijos o en el peor de los casos un reformatorio. Como este caso pudo haber sucedido con cualquiera de nuestros hijos, la familia tiene que poner la barba en remojo y dedicar un tiempito más a la verdadera crianza de los hijos.
Los medios de comunicación tienen que ser los grandes aliados en esta estratégica ruta de educar integralmente a nuestros niños y adolescentes, ayudando a la escuela y en especial a la familia a cultivar los tópicos del respeto mutuo, la sana convivencia, el respeto al cuerpo, el uso adecuado del tiempo libre, la madurez espiritual, etc.
Que Dios Todopoderoso bendiga a la juventud y adolescencia que, en su afán de buscar un espacio en esta sociedad, negadora muchas veces de la verdadera felicidad, cometen errores propios de su edad. Acoge padre misericordioso a nuestros estudiantes, para que desde su propio esfuerzo por madurar en todas las dimensiones de su personalidad, tengan tu bendición y amor preferencial.
Que nuestra sociedad recapacite y madure también en su intento por dejar como legado a nuestros adolescentes, un mundo de oportunidades para el crecimiento no solo corporal, sino más que todo psicológico y espiritual.
Bendice señor los esfuerzos de todos los agentes educativos, en especial de la escuela y de la familia, para que con tu ayuda seamos más responsables en la formación integral de nuestros jóvenes. Amén.