Arando en el mar

Escribe: Orison A. Pardo Matos

 

Creo que fue Simón Bolívar quien en algún momento de frustración dijo: «He arado en el mar» cuando decepcionado se retiró del Perú al que calificó como «País de oro y esclavos», ahora bien podría decirse que arar en el mar es referirse a sugerir la solución de problemas que afectan a nuestra querida ciudad sin que a ninguna autoridad le interese.
Pruebas al canto:
–    Las veredas son un desconcierto de desniveles, huecos y miles de trampas mortales para los transeúntes, ciudadanos que cada cierto tiempo elegimos autoridades ediles a quienes parece no importarles este serio problema que les compete y es de su absoluta responsabilidad. Bendito sea Dios si en esta oportunidad somos escuchados.
–    La plazuela Serafín Filomeno situada en el frontis de la UNAP, sigue llena de huecos con el busto del Gran Educador Amazónico ninguneado por esa torre del mal gusto construida para el Serenazgo. Al costado del Guacamayo que debería estar en un lugar especial junto con figuras de otras especies representativas del a fauna amazónica. Buen tiempo hace que sugerimos a la señora alcaldesa sacar esta torre, que remodele el parque resaltando la figura del eminente maestro Serafín Filomeno que armonice con el respeto a su memoria.
La alcaldesa es arquitecta, no creo que desconozca principios elementales de diseños armoniosos. En esto también debe preocuparse el rector de Unap.
Hace más de un año fui al despacho de la señora Adela a solicitar una cita a la que no pude acceder; en respuesta su secretaria me dijo que su agenda estaba colmada. ¡Cuánto lo sentí!
Una de las inquietudes que pensaba formularle era saber si la Municipalidad seguía recibiendo recursos por compensación de la Ley Nº 24832, a cuánto ascienden y en qué se invierten esos recursos; además, como cualquier vecino, tengo curiosidad por conocer qué entidad centralizada en Lima determina los cálculos para el cobro del Impuesto Predial (mal denominado autoavalúo) y si la Municipalidad tiene participación en esa entidad para que alguna manera defienda el bolsillo de los ciudadanos, toda vez que cada año el impuesto predial sube desmedidamente, no guarda relación con la inflación de la economía del país.
Espero que la señora alcaldesa no tome a mal lo que siempre he manifestado «los gobiernos municipales, deben preocuparse por servir a los vecinos y no servirse de ellos».
Veo en Ud. una mujer preocupada por la ciudad y no tiene a un hermanísimo como aquel alcalde «Buenazo» que viajó por varios países de América y Europa sin ningún beneficio para Iquitos y la Provincia de Maynas.
Una buena gestión suya sería pedir a la Comisión Investigadora del Congreso, que está viendo lo del escándalo «Lava  Jato» de Brasil, se ocupe sobre los tanques elevados (los R1 al R13) obra que resolvería el problema del Agua Potable, según se dijo, para justificar la inversión de 40 millones de dólares.
¿Qué dicen el alcalde de entonces, hoy candidato fujimorista, y el que fuera ministro de Vivienda, su gran amigote Garrido Lecca?
Mientras tanto el racionamiento de agua sigue como antes.
A esto se suma el problema del alcantarillado, cuyo costo se llevó 800 millones de soles más los «estudios» del tren fantasma, los créditos agrícolas, etc. etc. y tantas otras tropelías con las cuales se ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­lucupletaron indebidamente los bolsillos de inescrupulosos.
Señora Arquitecta Adela Esmeralda ¿A quiénes debe aplicarse una severa multa por las inundaciones en las calles cuando caen lluvias torrenciales y por las 300 toneladas diarias de caca que van a los ríos y al lago que circundan la ciudad? ¿A quién, a los chinos? ¿A los sub contratistas de los chinos, o al señor que se abrazó con Fujimori en Lagortococha? ¿Al que estuvo con Burga hasta hace poco, en la Federación Peruana de Fútbol, hoy candidato de la vergonzante AP? Ud. Tiene la palabra en defensa de la ciudad y la población que conforma el municipio.
Antes de concluir estas opiniones, debo felicitarla a Ud. señora alcaldesa, por la construcción del Museo situado en el Parque Zonal de la Calle  Yavarí; es un magnífico aporte al conocimiento de la historia de Iquitos y de la Amazonía que sigue la huella de la Biblioteca Amazónica, obra fecunda del R. Padre Agustino Joaquín García Sánchez a quien Loreto ya le debe mucho. Y como verá, sabemos reconocer las cosas buenas.