– A FALTA DE PAN, BUENAS SON LAS TORTAS
pedro.portocarrero@unapiquitos.edu.pe
Con gran presión mediática y aprisa, el Congreso determinó el cambio de denominación acreditada (Presidente del Gobierno Regional) por otra no acreditada (Gobernador Regional) y la no reelección. Se procedió así, en un contexto caracterizado por la “FALTA DE CONTROL”. El control gubernamental, fase del sistema administrativo que evalúa los resultados obtenidos en relación a lo planeado con el objetivo de corregir y eliminar errores, fue omitido en grosera práctica celestina con gobiernos corruptos.
En un marco de FALTA DE CONTROL crónico, de ver y dejar pasar, el Ministro de Salud, doctor Aníbal Velásquez, sostiene: “El país tiene un sistema descentralizado de salud que genera problemas” y propone, con ocasión de la solicitud de las facultades solicitadas al Congreso, poco menos que un retorno a la nueva república, como diría Pablo Macera, al tiempo de confrontar la descentralización… “cuando se descentralizó, se pensó que los actores regionales iban a cumplir sus funciones… necesitamos mejorar la capacidad de respuesta del Gobierno Central y la gestión de los niveles subnacionales”(El Comercio, 15 de mayo 2015).
La secular exclusión de la salud es anterior a la descentralización. “Que en la República del Perú hay múltiples expresiones de injusticias, lentitud administrativa, retraso en educación, salud, vivienda son hechos indudables… (José Agustín De La Puente Candamo, Teoría de la Emancipación del Perú, Piura: Universidad de Piura, 1986). No se puede construir políticas de salud pública sin emoción social, tan sólo con indicadores estadísticos. “El MEF representa la derecha tecnocrática, el gran poder de los últimos 15 años. Es el gran mandamás de la política peruana, con un elenco estable que hace que el país funcione sin importar quién es elegido presidente”… (Alberto Vergara, Perú 21; 07-06-2015)
Como deber introspectivo, en juicio que resulta de este examen, es de destacar que la FALTA de CONTROL y sus secuelas, devienen en caldo de cultivo y sustrato enemigo de la regionalización. Los poderes fácticos instrumentan piezas y pueden usar la democracia para fines antidemocráticos. Piensa mal y acertarás, dice la sabiduría popular. Lo enunciado por el titular de Salud equivale a un sofisma dicho con eufemismo; tal parece, reclutado del pensamiento DISOLVER.
En ¡Gorel!, para qué? (Irapay-edición XLI-2014), incluí comentarios de acreditados líderes de opinión que, en extremo, cuestionaban, sin abolicionismo, la existencia de la descentralización a propósito de la cascada de FALTA DECONTROL. “…En Áncash ha fracasado todo o casi todo, la democracia, la descentralización y la libertad de expresión. Desde la primera elección regional no ha sido posible construir allí un proyecto regional abierto y democrático; contrariamente se ha acentuado la fragmentación social y política, las prácticas clientelares y la organización de un poder resistente a la rendición de cuentas… El proceso de descentralización ha sido en esa región (Áncash) hasta ahora la transición hacia un estado débil y corrupto, personalizado al extremo y carente de elites moderadoras y articuladoras del debate.
La pregunta de qué hacer con Áncash debería ser qué hacer con la descentralización… “(Juan De la Puente, EL PROFETA EZEQUIEL, LA MITADMASUNO, Opinión, La República, 28 de marzo del 2014).
Mirko Lauer (¿SOLO MANEJA LA CAJA?, EL OBSERVADOR, La República 1° de abril del 2014) le echa gasolina al fuego: “…en el sistema de los gobiernos regionales. Estos se conciben como administradores del dinero público, pero rara vez asumen responsabilidad por los aspectos sociales de la región. Lo suyo es la caja, y el resto sigue siendo visto como tarea del gobierno central, las responsabilidades de los gobiernos regionales no están bien definidas…
Creados a la carrera, tienen un tipo de poder inadecuado y poca responsabilidad en asuntos claves. Vacío que se presta a la formación de poderes sustitutos, dentro y fuera del gobierno regional…
Es inaceptable que el dinero de los contribuyentes esté siendo usado en grandes cantidades para la formación de escenarios mafiosos y cacicazgos indiferentes a los temas apremiantes de la población, empezando por la seguridad…”
La ocasión es propicia para un manifiesto institucional del Gorel (“Hemos conversado con las bancadas y los gobiernos regionales”…, afirma el ministro en relación a lo acotado.
… “los servicios públicos (educación, salud, transporte, seguridad) son de baja calidad, generando frustración y una percepción de injusticia, porque el Estado parece favorecer a una minoría privilegiada a costa de los demás”… (Steven Levitsky, ¿UNA NUEVA IZQUIERDA?, La República 07-06-2015).
Transcurrido el tiempo, la descentralización se establece como orden político en respuesta y clamor contrario al centralismo y las oligarquías retardatarias. Incorporada a la Constitución, debe ser fortalecida y con destete progresivo asumir, más activamente, “dentro de la ley”, el tema de la salud pública y otros en interpretación de la realidad regional. El Sistema de CONTROL pasa por ello.
La inacción del Ministerio Público y del Poder Judicial; la impunidad comentada por el señor ministro…, “en el 2009 a un presidente regional se le ocurrió que las vacunas hacían daño y decidió no vacunar… el único recurso era denunciar al presidente regional, se hizo, pero han pasado seis años y aún no tiene sentencia en el Poder Judicial”…, están inscritas en la vieja y sempiterna corrupción que nos muestra como sociedad irreflexiva, libertina, de responsabilidades olvidadas, donde no hay candados e impedimentos a las más retorcidas interpretaciones para administrar uno de los valores más preciados de toda sociedad: la justicia. Al respecto, Julia Saldaña (La República 07-06-2015), coincidiendo con Juan De La Puente y Mirko Lauer, se refiere al expresidente del Gorel, Iván Vásquez… “estando constantemente en el ojo de la tormenta, por aparente corrupción, nepotismo, el millonario pago por estudio del proyecto ferrocarril interoceánico, el alcantarillado y la irregular entrega de créditos agrarios a campesinos”. ¿Queda claro, verdad? Defeccionan EL CONTROL gubernamental y el Poder judicial.
Con la permisión de los “buenos”, el remedio no puede ser peor que la enfermedad, se termina contaminando una cadena de intereses amparada por la ley del embudo. Cerca al 2016, no dejemos pasar la oportunidad de desandar lo mal andado. Llevemos la fiesta en paz.
Con sana expectativa, en opinión de otro cualquiera, propongo una mesa de trabajo con el Gorel; los ministros de Salud; Educación; el Colegio Médico; la Cámara de Comercio y, como ocurrió en el Gobierno de Transición, la organización más representativa del pueblo loretano, el Frente Patriótico.
A falta de pan, buenas son las tortas?