Feria de grifos de combustibles

La profusión de grifos de combustibles, que en el lenguaje popular se dice, “en cada esquina”, ha comenzado a preocupar al vecindario, que está viendo cómo el peligro se yergue cerca a sus domicilios.
Lo que se dice una bomba de tiempo, puede ser una muy cercana apreciación a lo que se ha convertido nuestra ciudad, donde parece el expendio de combustibles es el negocio de más alta rentabilidad, lo que permite a los empresarios de este rubro, a invertir en instalaciones muy atractivas, con market incluido y hasta con salón de diversiones donde se consume licor, se baila y se conciertan citas clandestinas en altas horas de lo noche, donde se podría dar el caso de una tragedia, que Dios no lo permita, cuando alguien por ahí le dé la gana de encender un cerillo y prender un cigarrillo, en una zona donde la gasolina se respira.
No son pocos los que no respetan las disposiciones de las entidades encargadas de normar este riesgoso negocio como también hay instituciones que muy alegremente dan licencias sin considerar la cercana presencia de colegios, iglesias o centros de salud, cosa que nunca se ha debido permitir, en una ciudad donde no estamos preparados para afrontar un incendio por explosión de gasolina y menos aún  estamos equipados para combatir una eventualidad de esta naturaleza.
No pretendemos sembrar el miedo, sino poner en alerta a autoridades, instituciones y vecindario en general de sobre las muchas probabilidades a que estamos expuestos  sobre una desgracia. Los permisos y licencias, como las normas reglamentarias de la comercialización de estos elementos, deben ser seguidos al pie de la letra para no correr riesgos mayores.