– Siete de cada diez mujeres en el Perú ha sufrido violencia física, sexual o psicológica.
– Menos del 3% de las alcaldías en el Perú son conducidas por mujeres
El papel de las mujeres en la historia de la humanidad y de las familias es innegable. Que se les reconozca ese derecho es lo incongruente. A la mujer y más aún en el Perú, todavía se la concibe como “la acompañante del hombre”, la esposa de, la señora de, y en las clases sociales más altas, “tal cual al estilo norteamericano” simple y llanamente borran su historia de un plumazo al eliminar de raíz su apellido y ponerse el del marido (esposo) como si fuera su apellido paterno.
Como muestra tenemos a una conocida repostera líder en su ramo que ha cercenado de raíz su apellido para “colocarse el del esposo”. Obviamente que para el plano social, porque para todas las demás cosas formales, tendrá que usar el apellido que le corresponde. Y “esa moda parece que se está propagando y corre el riesgo de ser epidemia”.
Al parecer una mujer soltera no es bien vista. Hasta casi puedo escuchar a ese país virreinal, que aún tenemos que comentar, a voz baja, … “por algo sigue soltera”, “eso no es casual”, “qué carácter tendrá para seguir sola”. Lo que demostraría una vez más (lamentablemente), que una mujer sin un hombre es incompleta. Ello psicológicamente hablando es algo profundamente terrible y decepcionante ya que implica que aún hay mucho camino por recorrer.
La mujer en el Perú aun no quiere asumir en forma real su liderazgo. Solo hay algunas que sí lo hacen, pero las otras lo hacen en el silencio de sus responsabilidades. Las APAFAS, Asociación de padres de familia no deberían llamarse así, porque casi no van los hombres, se deberían llamar AMAFAS, asociación de madres de familia.
Recuerdo que, hace muchos años atrás, uno de los periodistas más respetados mencionó, “La mujer más influyente del Perú es un hombre”. Se refería al personaje de la “Chola Chabuca”. Si bien es cierto, lo decía en mofa, no obstante que suceda ello no es casual. Muchas veces, la mujer tiene que ser como “la sociedad le dice que tiene que ser”, “un complemento del hombre y un objeto”. Obviamente es un pensamiento virreinal pero creo que está aún en plena vigencia.
Como muestra un botón, la aprobación del “proyecto de ley para prevenir el acoso sexual en espacios públicos” nuestros padres de la patria nuevamente se enfrascan en algo que no conocen. Si bien es cierto, la mujer es la principal agredida en esto, no implica que sea la única. Los hombres también lo son y muchas personas de la comunidad homosexual también, más aún los llamados transgénero sufren de acoso a diario, casi es su pan de cada día. Contemplará eso la ley o solo es una ley para la mujer porque “nuevamente ella es la pobrecita y la que debe ser protegida”.
El papel del Estado en situaciones como esta es que la mujer “despierte” y reconozca su poder, se empodere y acepte que ella en muchas ocasiones es la gran comandante de su vida, la de su pareja (si es que la tiene) y la de su familia (si es que la tiene). Y que no necesita “ser el complemento de nadie para ser feliz y lograr lo que desea”.
Feliz día de la mujer. Brindo por su despertar y su autorreconocimiento que es mucho más valioso e importante de lo que ella misma cree.
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*Analista Transaccional Certificado
Psicoterapeuta,
Especialista en Comportamiento y Desarrollo Organizacional.
Coach Certificado / Consultor