El 23 de julio de 1941, durante el conflicto con el Ecuador, se produjo la batalla de Zarumilla que culminó con la ocupación de la provincia ecuatoriana de El Oro por parte del Ejército Peruano, contando con la eficaz colaboración de la Armada y la decisiva intervención de la Fuerza Aérea Peruana. En dicha batalla se produjo la inmolación del teniente FAP José Abelardo Quiñones Gonzales, mediante una acción heroica que lo pasó a la historia.
José Abelardo Quiñones Gonzales nació el 22 de abril de 1914 en el Puerto de Pimentel (Lambayeque), sus padres fueron don José María Quiñones Arízola y doña María Juana Rosa Gonzales Orrego. En 1935 ingresó a la Escuela de Oficiales de Aeronáutica, donde desde el comienzo, destacó por su entereza y dedicación a sus estudios y lecciones de vuelo.
Durante la ceremonia de su graduación, el 9 de enero de 1939, hizo arriesgadas demostraciones en el aire que evidenciaron su pericia como piloto y arrojo, al mantener en suspenso los corazones de los asistentes, cuando voló con su avión en posición invertida a solo dos metros de altura de donde se realizaba la mencionada ceremonia.
Más adelante, estando ya en pleno conflicto con el Ecuador, el 5 de julio de 1941, el ejército del país del norte había atacado las guarniciones del río Zarumilla, por lo que en respuesta las tropas peruanas empezaron a emprender la marcha hacia las posiciones contrarias. La principal preocupación era bombardear las reservas enemigas que se encontraban en los puestos de Chacras y Quebrada Seca, las que impedían que el ejército nacional avanzara.
Con la finalidad de abrir paso, el comando de la Fuerza Aérea encargo dicha misión a la 41 Escuadrilla comandada por el teniente comandante Antonio Alberti e integrada por los tenientes FAP Fernando Pareaud, José Abelardo Quiñones y alférez FAP Manuel Rivera, quienes fueron los encargados de atacar dichos puestos como primer objetivo.
Luego de recibir la orden, la escuadrilla aérea se dirigió a cumplir su misión, pero en el momento de la acometida, un proyectil antiaéreo disparado por el ejército ecuatoriano impactó en el ala y en el tanque de la nave de José Abelardo Quiñones, prendiéndose el fuego por los costados y causándole heridas en el cuerpo.
Pero, Quiñones no se amilanó, antes bien, en vez de salvarse con su paracaídas, decide dirigir la nave que piloteaba hacia la batería o puesto de ataque de los enemigos desde donde procedían los disparos, logrando estrellarse contra ella y causar grandes destrozos a causa de la explosión generada por el violento impacto de su avión.
Con este acto de heroísmo, el teniente FAP José Abelardo Quiñones Gonzáles permitió, aún a costa de su propia vida, abrir el paso a las tropas peruanas y a la vez pasar a la inmortalidad, permitiendo con su sacrificio la victoria en el mencionado conflicto con el Ecuador, habiendo sido ascendido póstumamente al grado de capitán FAP.
La Fuerza Aérea Ecuatoriana reconoció la acción heroica de Quiñones en Quebrada Seca, por ello el coronel FAE Octavio Ochoa al hacer entrega de los restos mortales del héroe peruano, pronunció las siguientes frases: “A nombre de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, entregó a la Fuerza Aérea Peruana los restos de quien supo honrar a su patria, a su pueblo y a sus Fuerzas Armadas. Mi pueblo rinde homenaje al pueblo peruano dignamente encarnado en la figura heroica de José Abelardo Quiñones Gonzales”.
En reconocimiento a la acción heroica que lo inmortalizó, el Estado Peruano lo declaró Héroe Nacional, mediante la Ley Nº 16126 del 10 de mayo de 1966, perennizando su figura como defensor de los sagrados intereses de la patria, habiéndose establecido además el 23 de julio como “Día de la Aviación Militar del Perú”.
Posteriormente, con fecha 18 de diciembre de 2007, el Congreso de la República del Perú dio la Ley Nº 29160, en la que en su artículo primero confiere, a título póstumo, el grado honorífico de Gran General del Aire del Perú, al Héroe Nacional Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales. En su artículo segundo menciona que en adelante, el héroe de la Quebrada Seca y patrono de la Fuerza Aérea del Perú será designado como sigue: “Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzáles, Gran General del Aire del Perú”.
La inmolación de José Abelardo Quiñones Gonzales, fue voluntaria, consciente y plena de patriotismo, por ello reúne las imponderables dimensiones de lo heroico. En gratitud se le recuerda cada 23 de julio y se honra su sacrificio e invalorable ejemplo. Su cuerpo descansa en la cripta de los héroes pero su legado esta en el corazón y la mente de todos los peruanos que aman y valoran a la patria.