Por. MIGUEL A. MONTALVAN DEL AGUILA
En todo el país se está viviendo una especie de psicosis electorera, para llegar al Poder y hacer de él un instrumento de cómo salir de pobre en el más corto plazo, o engrosar sus riquezas, ya obtenidas, en muchos casos bajo la misma modalidad.
Ser alcalde o ser presidente de una región en el Perú, es sinónimo de corrupción, si alguien se siente aludido que lance la primera… ……. las leyes de nuestro sistema administrativo, así lo permiten, y por su puesto la indiferencia de las autoridades del control y supervisión del aparato Estatal, están pintados, como momias pétreas del pasado.
El pueblo resignado a tantas promesas incumplidas suele decir «que robe pero que haga obras» que consuelo de impotencia, es tan parecido a otro aforismo, que esta muy de moda en nuestro medio «ponme cuernos pero no me dejes».
Los candidatos están buscando todos los mecanismos e instrumentos que se encuentran a sus alcances para lograr sus objetivos, entre ellos una modalidad nueva en la arena política, el alquiler de vientres, ¡que curiosos¡ suena un tanto grotesco.
Dentro este carnaval electorero se están sacando los trapitos al sol, cada uno de los candidatos, se insultan se maltratan, se dan golpes bajos, como el del cerro la llorona, con ese carrito no pienses llegar al Poder y tantos más que la mente no puede retener por existir una variedad descontrolada de artimañas.
En Loreto, ningún candidato se atreve a tocar en su plan de trabajo aspectos fundamentales para el inicio a un cambio profundo, que nos lleve a aspirar un horizonte nuevo como por ejemplo
1.-La salubridad social, (agua y desagüe, de las ciudades) en el departamento de Loreto no existe un solo pueblo en que el agua que consume la población sea confiable, es decir tratada en forma confiable que le permita ingerirla sin estar expuesto a la contaminación.
2.- Ninguna ciudad de Loreto, no cuenta con pozas de desoxidación de las aguas servidas, es decir reciclarlas para darle otro uso, el río amazonas es la cloaca de todas las ciudades.
3.- El control sanitario en los mercados de abastos, restaurantes y todo lugar donde se expende comida preparada, es letra muerta, no jala votos.
4.- La reubicación de los ambulantes que se han apropiado de las calles, contribuyendo al caos del transporte urbano, sería una locura política, te llevaría camino al fracaso.
5.- La erradicación de los ruidos molestos emanados de los vehículos de transportes, (motocarros) de los altoparlantes que hoy en día invadieron las calles, para promocionar a tal o cual candidato que aspira el Poder, sería lanzarse a la piscina sin agua.
6.- El ruido que emana de las canchas deportivas del CNI y José Pardo, que antes fueron lugares donde la juventud practicaba, el deporte por el deporte mismo, hoy día convertidos en lupanares, que vienen degradado la cultura loretana, sería una locura ir contra sus principios del inicio de los actuales gobernantes.
No existe un plan de desarrollo coherente con nuestra realidad amazónica, se han ejecutado una serie de préstamos para cultivos agrícolas, en diferentes programas, ninguno de ellos se ha aproximado a las metas trazadas, el agricultor se quedo más pobre que antes de recibir el crédito.
Actualmente los políticos deben apuntar hacia la consolidación de los tres departamentos históricamente unidos, San Martín, Loreto y Ucayali, desmembrados por apetitos voraces de figuración política.
Los tres departamentos, deben formar la Gran Región Amazónica, que nos conducirá al desarrollo armonioso de cada uno de los pueblos que lo conforman, la tarea no es muy fácil, pero por todas las cosas, debe primar el don de la palabra y el raciocinio, del cual debemos sentirnos orgullos de contar con él, frente a cualquier otro animal
Señores candidatos, despójense de las ambiciones personales, y humanicemos la política por que el pueblo está cansado de promesas, no se olviden que la corrupción administrativa, no es sino el terrorismo blanco de saco y corbata, hace tanto daño a la sociedad como el tráfico ilícito de drogas, no esperemos la insurrección del pueblo para recién ponerse a conversar.