En cualquier país civilizado es indudable que causará extrañeza y sin duda una serie de sentimientos encontrados, el saber que aquí en el Perú, en la ciudad capital que alberga a más de ocho millones de ciudadanos, la grita opositora, la que se opone a todo lo que pretenda hacerse por el desarrollo colectivo de tal masa, viene denostando sin rubor ninguno, todo lo que se ha avanzado en la tarea de poner en circulación la línea terrestre conocida como El Metropolitano, exponiendo en pro de su grita una serie de cuestionamientos que van más allá de una fiscalización real, seria y antes bien negativa y sin rumbo.
Quisiéramos enumerar todos los obstáculos que la casta opositora ha utilizado para evitar la puesta en servicio de tal medio de movilización masiva durante las principales horas del día.
Como primer obstáculo, la Municipalidad de Lima, entidad que auspicia el servicio del Metropolitano, tropezó con la hipotética impaciencia de la población por utilizar desde la colocación en la vía de los flamantes omnibuses, sin embargo con ecuánime criterio el alcalde de Lima decidió que se entrara primero a una etapa de pruebas para determinar si las unidades se encontraban listas para brindar un servicio eficiente.
Vinieron las puyas y epítetos contra el chiclayano, quien se encerró en su ya consabido silencio y continuó trabajando. Luego vino el reclamo por qué no se había instruido al usuario en la utilización de tal servicio; el primer viaje sin pasajeros, fue un éxito, sin embargo la oposición con un descaro indigno seguía en sus trece de evitar la puesta en marcha de un servicio que ha salido airoso en todas las pruebas a que ha sido sometido.
Los que abogan por cancelar este nuevo servicio, que ya viene cumpliendo su recorrido conforme a lo programado, ahora dicen que el sol con cincuenta que cuesta el recorrido, es muy caro y sugieren una rebaja. Increíble dirán muchos, sin embargo todo esto es cierto y en esta última moción cuentan con el apoyo de congresistas del bloque nacionalista, cuyo líder se alista a competir contra Castañeda Lossio por la presidencia del país y posiblemente teme que el éxito que significa el servicio del metropolitano abone en contra de su ambición presidencial ¿Con un presidente como el señor Humala, para qué queremos enemigos?.
