La fantasía es algo que se muestra perenne en el imaginario ciudadano, es así que ubicando en el tapete de reclamos la hipotética solución, tanto a los más anodinos como a los más hiperbólicos problemas nacionales, se precisa imaginar, ¿cómo reaccionaría la clase sindical nacional, así como las entidades de promoción social, ante un gobernante libre de sospechas de doble conducta que ame a su país, que lo defiende ante todos los foros internacionales en cuanto a su soberanía se refiere; y sobre todo que atienda todas las necesidades del colectivo nacional, en todas las áreas.?
Sería algo de ver, de imaginarse ¿cómo sería la conducta de los que siempre, aunque les den todo, siguen reclamando?. ¿Encontrarían eco en los ámbitos sindicales?, de lograrlo ¿qué argumento denostante exhibirían ante un gobierno que atiende al cien por ciento en salud, educación y trabajo, con salarios justos y equitativos, alimentación asegurada, con una clase laboral en constante capacitación y desarrollo profesional, utópico, es cierto, pero nadie puede negar que pica la curiosidad, por saber si alguien se atrevería a reclamar, a protestar contra un gobierno que cumple con todos.
Y, siguiendo con la fantasía, con el pensamiento utópico, decimos cumple con todos porque el 95 % de la población ya tiene casa propia y el otro 5%,la tendrá dentro de lo que falta del año, además, toda esa población ya tiene todos los servicios básicos, gozando al mismo tiempo de una libertad absoluta, para dirimir sobre todos los temas de desarrollo de su localidad, lo cual, se supone no constituye problema alguno, porque el gobierno ha pensado en todo y el desarrollo tanto nacional como local está asegurado.
Hasta aquí todo bien, pero habría que preguntarse, en un país que lo tiene todo, seguridad ciudadana total, cero en delincuencia, paz y progreso en el ámbito interno y externo, sin reclamos territoriales fronterizos y trabajando con los países vecinos bajo pautas de mutuo entendimiento y colaboración, ¿para que se precisa una fuerza policial, para que una fuerza armada?. Sin duda esto permitirá que se presenten nuevas formas de protesta, la cuestión es identificar cuáles serían, para que la clase política nacional y o sindical, no sean declarados especies en proceso de extinción y aquí se hace presente nuestro epígrafe de hoy : «Estamos preparados para un gobierno justo?. Bueno, al fin y al cabo, vale la pena soñar.