Ya ni los muertos quieren ir al Cementerio General “San Miguel Arcángel”

– Fue construido en 1908 y desde ahí todos se han desentendido de él
– Austeridad lo está «matando» día a día
– Fallecidos no descansan en paz porque gente de mal vivir profanan sus tumbasIMG_0440

Y sabido es que en todo el país y el mundo los familiares que sienten en «carne viva» la partida de sus seres más entrañables, siempre se dan un  tiempo para llegar hasta las tumbas de sus seres queridos a depositar sendos ramos de flores o «velarlos» toda la noche como se acostumbra en algunos pueblos, siendo que en otros llevan hasta potajes y «tragos» para compartir con los seres que les dejaron tatuado en el corazón afectos indelebles. Eternos. Irremplazables. Únicos.
Ayer se pudo llegar hasta el Cementerio General «San Miguel Arcángel» de Iquitos, en otras fechas similares ya se observaba el «pintado de cara» general que le daban para que los visitantes perciban que sí se mantiene la infraestructura. No se vio nada ayer. Es más la estructura levantada con losetas en cinco columnas, hace meses fue pintada de un color azul eléctrico hasta la mitad y ahí se ha quedado porque nadie quiere prestar las herramientas que les permitan llegar hasta lo más alto, además no hay la pintura que falta.
Le solicitaron al presidente regional de salida el apoyo para construir una capilla y mejorar el corazón del cementerio, prometió pero no cumplió. Entonces en el furor de la campaña electoral el candidato del MIL Fernando Meléndez, llegó también por ahí ofreciendo mejorar toda la base del piso, pero como siempre el partidarismo egoísta que se comporta como el «perro del hortelano» (no come ni deja comer), respondió que no al candidato.
Continuando con el recorrido del Campo Santo donde las almas hasta ahora no descansan en paz porque en las noches los denominados fumones hacen de las suyas al romper las lápidas para revenderlas (dos vigilantes no se dan abasto) o romper los vidrios para sacar los adornos o regalos que los familiares hacen a sus seres ausentes; se pudo notar claramente como las veredas están totalmente rajadas lo que ocasiona un tremendo peligro para las personas adultas que muchas veces han caído en su caminata.
Y no solo eso, hay pabellones de nichos rajados y descascarados, donde se ven ladrillos antiguos pues hay que manifestar que el cementerio fue construido en 1908, ocho antes que se diera vida a la Beneficencia Pública. Los techos se caen a pedazos y ahora son guarida de murciélagos y zancudos en las canaletas sueltas y oxidadas. Todo un riesgo el ir a visitar a los familiares ya fallecidos.
La austeridad es total en la beneficencia, según dicen porque ahora los muertos ya no son llevados ahí debido a que los nuevos cementerios están captando a más personas por las facilidades que dan en sus paquetes de sepelio. En todo caso, la beneficencia sí recibe donaciones y apoyo de algunas instituciones a las que solicitan, así como ingresos propios que si no son muchos, sí podrían servir para tener en mejor estado el Campo Santo.
Es preciso solicitar a las nuevas autoridades un apoyo importante ya que el Cementerio General de Iquitos, guarda en sus terrenos tumbas de grandes personajes e incluso se conoce que se viene armando todo un circuito turístico para revalorarlo. Entonces el gobierno regional, así como las municipalidades no solo deben impulsar proyectos de calles etc. sino también rescatar el valor profundo y antiguo que tiene el campo santo para mejorarlo e imponerlo ante todos como un campo donde las almas futuras sí quieran descansar en paz. Así sea.