Volviendo la mirada

Es tan frío mencionarlo en cifras sin tener reales alternativas para volver la mirada hacia ellos y con la autoridad suficiente para rescatarlos, sea de un submundo sin esperanzas o de un submundo autodestructivo fatal.
Juventud divino tesoro cuyas energías lo dedica al estudio, al emprendimiento, a experimentar, a crearse su propia oportunidad en un espacio político social donde las prioridades son otros proyectos en apariencia urgentes.
Es que seguimos viviendo en una burbuja donde nos han hecho creer que la prioridad máxima para el desarrollo del país, de las regiones, de las municipalidad, son únicamente los proyectos constructivos de arena, fierro y cemento.
Cuando en una economía de rescate como la nuestra tendríamos que aprovechar todos los ambientes ya existentes para sobre esa base realizar mejoras constructivas y no volverlas ruinas que encarecen costos de inversión.
Tenemos algunas muestras. Para la construcción del hospital Iquitos y el colegio Barcia Boniffatti que se derrumbó toda la estructura sin aprovechar en lo más mínimo la existente. Y en otros casos se podría realizar mejoras y ampliaciones aprovechando la infraestructura que ya tienen. Pero no, se derrumba presumimos porque va a costar mucho más la obra.
A ese ritmo tras las obras de concreto nos seguimos olvidando de nuestro capital humano, esa juventud que se da perfectamente cuenta de las irregularidades e ilícitos que comenten los adultos de los cuales van recibiendo “enseñanzas”, que son los espejos en los que deben mirarse para “surgir” en la vida. Nada más que atroz.
Y tenemos una juventud marginal, aparte de esa masa de quienes se esfuerzan por salir adelante limpiamente a pesar de la crisis moral que nos invade, están los casi imposible de rescatar que merecen una oportunidad de inversión, lo que implica también paz social.
Nos referimos a esos jóvenes que se van sumergiendo en el mundo del alcohol, de las drogas, de la delincuencia común, del crimen, de ser la lacra social, cuando un día fueron la esperanza del país y cuya condición es utilizada en campañas electorales, quizá buscando el voto de padres y familiares que no han perdido la esperanza de recuperarlos.
Es el capital humano que no está en los proyectos de inversión, que no se destinan fondos para primero prevenir que no caigan en ese mundo complicado de salir, y segundo hacer el máximo esfuerzo para que salgan de allí. Ello será posible a través de proyectos de inversión por el capital humano pendientes de presentarse y financiarse.