Violencia aumenta terriblemente en el corazón de Iquitos

– Mientras policías persiguen a conductores sin casco
– Ahora se podría llamar que la «banda de encascados» hace de las suyas en la ciudad.
– Policía presiona a población a que use cascos y no se percata del peligro extremo al que la está exponiendo.
Por: Luz Marina Herrera.  
Al margen que nos guste o no usar casco de protección a la hora de manejar una moto, en estos precisos instantes los altos oficiales de la policía deben hacer una pausa para con el cerebro despierto y frío, observar a qué se está exponiendo a la población al presionar para que los conductores de motos usen el llamado casco de «seguridad» del modelo que sea, con tal de no hacerse acreedores a una multa fuerte.
Es decir, lo hacen «tan pegados a la ley» en cumplimiento al mandato del Ministerio del Interior actualmente con Daniel Urresti a la cabeza, sin analizar ni un ápice que Iquitos es una isla, un trópico vecino a Brasil y Colombia por donde nuestros vecinos (sin que esto signifique –en absoluto- que todos cometan actividades ilícitas) entran y salen de Loreto como «si nada». Al igual que peruanos que delinquen «fugan» a los países hermanos, antes que la policía reaccione después de un  cruel asesinato o cuantioso robo económico.
El general de la policía, al parecer, siempre presto a actuar contra los más débiles, pero no contra las cabezas fuertes que dañan a esta sociedad; manda a diario a que se ejecuten sendos operativos, gigantes operativos como si se tratara de detener a algún delincuente de cuello y corbata fugitivo o narcotraficantes que vienen hundiendo a la región con sus lavados de activos o clorhidrato que embrutece a las nuevas generaciones y pervierte a muchos adultos que deberían velar por el destino de toda una sociedad.
Al parecer los responsables policiales no se están percatando, o no quieren ver que en las últimas semanas se está presentando un rebrote significativo de la violencia y delincuencia en Iquitos. Además con ataques feroces de parte de los asaltantes puesto que ahora se sienten súper inmunes, súper protegidos para no ser descubiertos debido a que sus fechorías las vienen cometiendo con total desparpajo al saber que no serán ni mínimamente identificados, ya que llevan sobre la cabeza un poderoso y grande casco que no deja ver ni una sola característica física tanto al agredido, como a los posibles testigos de un ataque. ¿Acaso los oficiales de la policía no pueden analizar esa situación que ha puesto en jaque a Iquitos?
Incluso el general Meza Gil, acaba de brindar declaraciones a la prensa respecto al casco, señalando lo siguiente: «Debo destacar que la norma no indica el modelo del casco a usar, sí indica que tiene que tener luna de protección para proteger la vista, pero no establece el modelo, el tamaño y el peso» y que la policía no recomienda qué tipo de casco a usar. ¿O sea, a la policía le importa poco que al caer la tarde o a plena luz del día un desadaptado «encascado» hasta la garganta, meta un tiro en la cabeza de un  periodista, policía, político, madre o padre de familia, jóvenes, comerciantes, etc.? Solo recomienda un casco con luna para que proteja la visión. Impresionante.
La sociedad civil organizada e incluso el Frente Patriótico de Loreto, debería pronunciarse al respecto. Basta ya de los constantes operativos de presión y sí más bien mayor sensibilización sobre el uso de cascos que protejan pero que no tapen las características físicas de los que manejan motos en las calles de Iquitos. Que corrijan la norma y que ahí plasmen que el casco debe cubrir la parte sensible de la cabeza, no todo el rostro y las características de los conductores porque de esa forma la policía misma está incentivando y coadyuvando a los delincuentes que se vienen escondiendo bajo los cascos grandes para asaltar y hasta matar en pleno corazón de Iquitos. Revisen nomás las últimas encuestas, cuántos robos y agresiones ha habido en el centro de la ciudad por parte de delincuentes «enmascarados».
Finalmente, habría que decir que cada conductor es responsable de cuidar su seguridad y siempre manejar a la defensiva frente a irresponsables que con casco o sin casco, hacen de las suyas en las pistas de Iquitos (muchas de ellas re-asfaltadas y sin señalización). Además que cada uno es responsable de sus actos y a las acciones de ley a las que todos estamos sujetos en caso de violentar las normas de tránsito.
De no ser escuchados de inmediato por la oficialidad de la policía y el ministro del Interior para que revisen el modus vivendi de la población loretana, sus costumbres, su clima y su libre realidad; lo único que quedaría por hacer ante los hechos violentos que vienen cometiendo delincuentes que ahora se cubren el rostro con cascos grandes; es ROGAR a SANTA ROSITA de Lima para que sus hijos policías entiendan que antes de hacer cumplir normas superiores, se debe analizar a fondo la idiosincrasia de una región. No nos queda otra.