Venta ilegal

Así como veríamos mal la venta de papas y cebollas en una farmacia, igual de mal está vender medicinas en la bodega de la esquina. Cada cosa tiene su lugar. Las medicinas deben ser venta exclusiva de boticas y farmacias, donde hay personal especializado en su manipulación por el riesgo que conlleva para la salud la venta de un fármaco que debe hacerse bajo prescripción médica.
Pero en nuestro medio, encontramos a la venta donde la vecina, medicinas que sólo una farmacia está en condiciones de comercializar. Eso es un delito contra la salud.
Por otro lado, están las medicinas falsificadas, las conocidas como bambas, fabricadas sin ningún tipo de control de calidad, menos aún con el registro sanitario correspondiente. Eso es peor, es un crimen.
Por eso, valga una felicitación a la Policía Fiscal y al Ministerio Público por los constantes operativos que realizan para confiscar estos productos de sumo cuidado por estar dedicados a la salud de la población, que debe estar protegida por todos los frentes.
Los establecimientos que a diario comercializan medicinas, están ubicados preferentemente en el cinturón de la ciudad, por lo que sería de provecho que la Diremid instale pequeños establecimientos de comercio de medicinas o provea de la autorización respectiva a las bodegas de esos lugares para garantizar a la población marginal la venta de medicinas certificadas por el ramo de Salud.
No debemos hacer correr riesgos innecesarios a la población. Por eso debemos rechazar lo ilegal, lo perjudicial, lo nocivo y lo dañino.