Impulsar los valores artísticos en sus diversas manifestaciones es un deber público y con mayor razón de quienes están comprometidos con el arte a través de instituciones del Estado o de entidades privadas que cumplen ese rol.
Es sabido porque lo vemos y vivimos, que en nuestro país no sabemos valorar el arte de una forma intercultural, porque quienes tienen en sus manos resaltar y apoyar talentos se dejan llevar por estereotipos y logran el efecto contrario, es decir discriminan y frustran.
En estos últimos días estuvimos escuchando y leyendo comentarios sobre lo que está pasando con una talento nacional como la cantante Susan Ochoa, que tiene un registro vocal casi inigualable, como lo dijimos hace un tiempo.
Y como todos conocemos ella, esta artista “provinciana” como dirían los limeños equivocados, ha sido reconocida por cantantes de gran talla nacional e internacional, incluso antes de ir a participar en el famoso y prestigioso festival de Viña del Mar de Chile, donde ganó por partida doble como “Mejor Canción” y “Mejor Intérprete”. Nos trajo dos Gaviotas, que es el preciado trofeo. El país lo celebró.
No fue fácil lograrlo. Al parecer en el mismo Viña fuerzas extrañas habrían hecho que se dieran fallas técnicas en el audífono, pero Susan tuvo la entereza de plantarse y exigir se solucione la “falla”, caso contrario hubiera desentonado porque no le llegaba bien a los oídos el sonido de la orquesta. De hecho la descalificaban.
La historia es otra y la cantante peruana pudo demostrar su talento al mundo latinoamericano, de tal forma que el jurado de lujo de Viña del Mar se rindió ante la majestuosidad de las cuerdas vocales que hace gala Susan Ochoa, quien el último día del festival tuvo un atuendo alusivo a los colores patrios de rojo y blanco.
Por lo que no podemos dejar de expresar nuestra extrañeza cómo la intérprete que puso en alto el nombre del país, esté siendo humillada en un programa concurso de artistas a nivel nacional y que tiene un jurado, donde uno de los miembros tuvo la desfachatez de comentar que no da voto a potencias vocales.
Se puede percibir una tendencia en contra de la consagrada artista nacional con gran proyección internacional y ella misma ya se ha dado cuenta, y lo ha expresado. Lo que tendría que hacer es retirarse de ese concurso porque es impredecible lo que le puede pasar a su imagen con tanto ignorante en la materia del canto sin estereotipos que parece dominar en ese espacio.
La cantante Ochoa no es de sus grupos de artistas que se consideran “bonitos”, de otro nivel, de una élite que lamentablemente domina y no son capaces de valorar el potencial de Susan, quien también se equivocó en aceptar y más bien debió presentarse en algún concurso internacional.
Valor artístico
