Vallas para ONG que no quieren molestar

 

Las ONG se mueven en un terreno complicado a la hora de captar recursos. Por un lado, necesitan cada vez más del apoyo de los socios privados y, por otro, no quieren importunar a estos cuando van caminando por la calle o en sus mismas casas. Parece que la solución puede llegar en forma de vallas, un experimento que ya ha conseguido un gran éxito.

Una idea sencilla y efectiva
Como resultado del trabajo de un par de agencias de publicidad relacionadas con ONG, un proyecto pionero se ha puesto en marcha en algunas ciudades del mundo. La idea no es otra que la de sustituir a las personas que nos asaltan con fríos datos sobre catástrofes en grandes centros comerciales o en las calles de la ciudad por simples vallas publicitarias.
Estas toman la forma de pantallas LCD que muestran una imagen fija y en su zona central una ranura para tarjetas de crédito o débito. Así, el viandante puede acercarse tranquilamente a la valla y ver el mensaje y decidir si donar o no en función de sus deseos.
Basta con pasar la tarjeta y marcar la cantidad que se desee donar para que este simple deslizamiento active un vídeo que informará al ciudadano de lo que ha conseguido hacer con su dinero, algo tan rápido y efectivo que ha demostrado llegar a muchas más personas que el mensaje de los captadores profesionales.

La financiación de una ONG
Todavía son muchos los ciudadanos que piensan que estas entidades obtienen sus ingresos de ayudas públicas. Sin embargo, la mayor cantidad de las partidas solidarias de asociaciones como MSF provienen de particulares y socios privados, una forma de financiación que requiere de nuevas estrategias cada vez más originales.
Pero, ¿por qué una simple ranura para tarjetas de crédito puede ser de gran ayuda? En la actualidad, las tarjetas bancarias están presentes a la hora de hacer la compra en un supermercado, cuando pagamos la entrada para un espectáculo o cuando nos divertimos con los juegos de casino. Las tarjetas siempre están a mano y son cómodas para el usuario privado, por lo que las ONG quieren aprovechar estas ventajas.
Además, un sistema como este es el menos invasivo y el más cómodo para esos donantes que andan por la calle, pero que no quieren ser asaltados mientras pasean o molestados en casa con una llamada de teléfono inoportuna.

En definitiva, es bastante posible que el uso de vallas publicitarias con lectores de tarjetas de crédito aumente los ingresos de las ONG, algo que les facilitará el seguir cumpliendo con su gran misión social.