Uso responsable

Desde que empezó la explotación petrolera en el país, millones de dólares han ingresado a las arcas de nuestro país, en beneficio de muchos proyectos de desarrollo nacionales. Por acá ha venido solo un 10% hasta 15%, cuando la exigencia de los luchadores de entonces era el 50%, luego quedó en el misterio porqué se bajó a tanto.
Aun el porcentaje aprobado significaba un buen ingreso para el desarrollo en esta parte de la Amazonía del país, y de lo que se recuerda ese recurso era para ser utilizado solo en obras, en la base del desarrollo que hasta ahora se nos niega, y se hablaba de grandes proyectos energéticos como la Hidroeléctrica de Mazán, la del Pongo del Manseriche que nunca prosperaron, entendemos por intereses mezquinos.
Entonces, los recursos del canon petrolero empezaron a usarse en una lluvia de obras sin una articulada, ni vinculante planificación, y hasta en engrosar la burocracia de las entidades públicas de la que muchos de nosotros nos beneficiamos, pero más efectivo hubiera sido invertir en el campo de acción forestal y agroindustrial, generando que los conocimientos académicos de forestales y agrónomos de nuestra primera casa de estudios se desarrolle más fuera del escritorio.
Dicen nos faltó visión. Puede ser, pero más faltó una supervisión y acompañamiento de los proyectos que se iban generando desde el Estado, pero no, para el centralismo fue como darnos un caramelito, mientras el grueso de los ingresos del petróleo lo disfrutaban fuera de la región que da el recurso. Y como si fuera un castigo por tener canon, nos recortaron el tesoro público a sumas ridículas, y cuando se exigía inversión nacional, la respuesta parece siempre fue: ustedes tienen millones de su canon.
Cierto que hay también responsabilidad de las autoridades de turno que manejaron estos recursos, que lo convirtieron prácticamente en un botín, y poco es lo que hicieron. Miremos nomás en la actualidad cómo con recursos centrales (por la baja del canon), tanto el Gorel como la comuna de Maynas vienen haciendo importantes infraestructuras educativas y urbanas, respectivamente. Y el monto total de esta actual inversión representa solo una pequeña parte de los cientos de millones recibidos por canon petrolero, comparativamente.
¿Cuánto se pudo hacer? En definitiva mucho. Aunque más vale tarde que nunca, se habla en estos días de la contribución de la iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas-EITI, en la vigilancia de los ingresos públicos, así como el uso responsable de los ingresos provenientes de la explotación de los recursos naturales. Lo que fue tratado en una publicación virtual del Ministerio de Energía y Minas.
Es como para decir en buen loretano, “ya vuelta, recién ya pues”. Pero, vale porque todavía tenemos por delante de 25 a 30 años más de explotación del petróleo, según cálculos hechos por los expertos, hasta antes que se acaben las reservas detectadas.
Entonces, vemos que se habla del “uso responsables de los ingresos provenientes de los recursos naturales” (entre ellos petróleo), más no se habla de una vigilancia del cumplimiento responsable de lo que la ley manda en materia de remediación ambiental, por ejemplo, así como la responsabilidad social de las empresas petroleras respecto a su relación con los habitantes de las zonas de influencia, no solo con sus dirigentes, sino con un contacto real y vigilante de si los beneficios llegan a todos. Parece que la planificación en todo sentido, es lo que viene fallando.