Ribera de Iquitos

Podemos asegurar que si las familias que llegan a Iquitos de la zona rural y empiezan a poblar la ribera, tuvieran servicios y oportunidades en sus distritos y provincias no estarían acá y también si tuviéramos autoridades coherentes con el cumplimiento de las leyes, tampoco estarían ubicándose en zonas riesgosas.
Esto tiene que ver también con la expansión urbana o periurbana organizada que no tenemos. La oferta de viviendas económicas de lado del Estado no existe, toma la delantera el sector privado con proyectos inmobiliarios que no están al alcance de las mayorías poblacionales.
Estos proyectos de viviendas tendrían que darse en todas las ciudades y poblados, de forma planificada con los servicios básicos y la visión de desarrollo de cada zona. Lo curioso es que en las épocas electorales como las que estamos viviendo se dan estas y otras promesas que quedan en nada.
Eso de ser permisible pensando en un futuro o presente electoral es lo que mucho daño hace a nuestras sociedades. No solamente se ve en Iquitos y las poblaciones loretanas, se replica en casi todo el país. Mirar sin actuar que la ribera de Iquitos se sigue poblando para una vida llena de riesgos, es una actitud que podría sumar votos. Son los cálculos. No se está pensando en la seguridad, menos en hacer valer el principio de autoridad.
Por eso la ciudadanía tiene la sensación de que tenemos autoridades pintadas en la pared, que no coordinan, que no se ponen de acuerdo para hacer valer las normativas que rigen en el tema que tocamos, que es donde no debe asentarse para construir una vivienda.
Si bien es un derecho constitucional tener un lugar donde vivir. Es una obligación no ubicarnos donde nos da la gana. Así nació el tristemente famoso y “turístico” barrio de Belén, sobre todo la zona baja, que es uno de los peores lugares de sobrevivencia. Hay mucho de negativo socialmente hablando, sin embargo hay mucha gente con ganas de trabajar para hacer de Belén uno de los mejores lugares para vivir, a orillas del río Itaya.
Mientras no hay solución en Belén, la figura de barrio en la ribera de Iquitos se viene dando en el contorno de la ciudad, cuando es sabido que las zonas inundables no deben ser habitadas y vemos sin dejar de preocuparnos que el barrio de Salaverry está en crecimiento ganando calles al río en esta etapa de verano, y luego vendrá la creciente, y veremos que el río se pone más angosto y la contaminación se eleva a niveles insospechados, que ya no es recomendable comer peces de esta área acuática, ni darse un baño con el riesgo de problemas en la piel.
Dónde están las autoridades municipales de los cuatro distritos que conforman la ciudad, porque similar situación atraviesan en sus riberas. Por lo menos que se cumpla lo que las normativas prohíben por la seguridad de las propias familias, y que articulen con otras entidades como Electro Oriente, a fin que se evite establecer el servicio en zonas prohibidas y se vea un mecanismo que ya no permita el aumento de viviendas a modo de invasión acuática.