Resistencia del Hombre Amazónico al Poder Republicano Peruano

Por: Fernando Meléndez Zumaeta
Tecnócrata y Político Peruano.Melendez Zumaeta

A través de los años, desde la penetración española del siglo XVI, pasando por la Republica, siglos XIX y XX, la resistencia de la mayoría de las naciones indígenas de la Amazonía peruana, ha sido evidente, ejerciéndose con levantamientos del siglo XX.
Hoy comprendemos que la llamada independencia no fue real para esta región que más bien dio inicio a un proceso de colonización muy sutil, que no necesitó de la ocupación militar como en la época de colonización española, sino a través de la economía, la organización político – administrativo y la cultura de la dominación, que afectó a los estratos bajos de la costa, a los campesinos de la sierra y a las naciones indígenas de la Amazonía.
La sutil dominación fue una cadena invisible que partía del centro hegemónico de poder internacional, con eslabones al interior del país que terminaban en los últimos rincones de las serranías andinas y en las profundidades selváticas de la Amazonía.
Cuando la región fue incluida como partícipe de la economía internacional, lo fue solo en calidad de proveedora de materia prima; primero, de la zarzaparrilla a mediados del siglo XIX, y después de la extracción del caucho en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del siglo XX. Es en esta época que la explotación de parte de los caucheros sobre los indígenas tomó aspectos de etnocidio y genocidio, que en muchos momentos fue rechazada por las comunidades nativas como respuesta violenta a una violencia mayor.
La sociedad republicana, heredera de la sociedad española de una falsa y mal entendida valoración de las culturas selváticas, actuó con violencia atribuyéndose el falso derecho de adueñarse de los territorios que por siglos y milenios habían pertenecido a las naciones indígenas amazónicas. Igualmente, la población mestiza con sangre de blancos y de nativos, actuó en la misma forma, por lo que optaron por desplazarse a los lugares más inhóspitos de la selva perdiendo todo contacto con la llamada civilización, que aquellos le imponían. Veamos como expresaron los indígenas su rechazo a la imposición en esta época:
EN EL MARAÑON: En 1830 los Aguarunas y Huambisas, pertenecientes a la gran familia lingüística Jibara, se sublevan en el Alto Marañón y sus afluentes, Santiago y Morona, el 15 de febrero bajo la jefatura de Anaconi, asaltan diversos caseríos de colonos mestizos. A nueve años de jurada la independencia del Perú en Lima y Moyobamba y sellada después de duras batallas en Maynas (1822) y en Ayacucho y Junín (1824), los indígenas del Alto Marañón, del Santiago, Morona, Tigre y Pastaza, no sienten como suyos estos hechos, pues seguían siendo víctimas ya no de los soldados y misioneros españoles, sino de los mismos peruanos republicanos que invadían territorios indígenas ejerciendo el papel de colonos patronos, que imponían relaciones de trabajo de tipo feudal, en contra de la vida libérrima de los indígenas.
La resistencia Aguaruna dura más de 25 años, en los que se van desatando diversos levantamientos, con los que pudieron desalojar a los blancos de la ciudad de Santiago de las Montañas. La nación jibara quiso reconquistar los territorios que le habían pertenecido desde siglos atrás y que los perdieron con la invasión española, invasión rechazada desde 1699 cuando destruyeron los poblados de Logroño, Baeza, Valladolid y Sevilla del Oro. Doscientos años después, en plena república; los Jíbaros seguirían luchando por lo que era de ellos por derecho ancestral.
EN EL NOR ORIENTE AMAZÓNICO: Una de las zonas más convulsionadas fue la zona del Alto Marañón. El Marañón fue la puerta de entrada de las milicias y las misiones jesuitas, cuyo centro de operaciones fue la ciudad de Quito. Fue allí en donde se dieron las primeras resistencias en contra de la penetración extranjera. Asimismo, en la parte Nor Oriental de la Amazonía peruana, se dieron acciones por la lucha de la libertad de los pueblos indígenas. Lucha que no fue comprendida por los historiadores oficialistas, que resaltaron las acciones de los aventureros, conquistadores e invasores y minusvalorando la justa lucha de los indígenas, señalando que, los indígenas se convirtieron en «paganos a quienes se tenía que cristianizar» y que en la Republica fueron «salvajes a quienes habían que civilizar». Al respecto, Teddy Bendayan, diputado de Acción Popular 1963 – 1968, señala: «Está vigente el compromiso de hacer una historia analítica y crítica de la Amazonía, que sea un espejo para borrar las imágenes de tanta explotación, mentira y entreguismo; una historia que nos impulse a acabar con el conformismo y el letargo que permite aún al centralismo hundirnos en la situación lacerante en la que continuamos viviendo».
En la región Nor Oriental, la lucha de los indígenas era contra los caucheros que cometieron acciones de explotación contra los nativos a quienes se utilizaba como mano de obra ni siquiera como caucheros, aparte del buen precio del caucho en el mercado internacional que incrementó sus ganancias precisamente por esta gratuidad (la de los nativos).
En 1832, los Muratos del Bajo Pastaza y afluentes atacaron Andoas y Pinches, por la que el gobernador de Maynas fue en auxilio de estas poblaciones a pedido del curaca de Andoas. En el ataque fueron muertos más de cuatro indígenas aculturados. Este hecho, sucedió once años después de jurada la Independencia del Perú, fue informado por el gobernador de Misiones, de Santa Cruz, el 14 de setiembre de 1832.

En 1872, los nativos Bora y Huitoto se sublevan contra los colonos brasileños del Putumayo. Colonos explotadores que exigían más rendimiento en el trabajo en «sus fundos», de lo contrario les imponían castigos inhumanos; asimismo, propagaron el alcoholismo con el consumo de la cachaza. Se sabe que los nativos, simulando una borrachera general y de sorpresa capturaron y victimaron a sus explotadores. Y continuaron las sublevaciones y levantamientos de los Shapras, de la familia lingüística Jíbara; los Boras y Huitotos del Putumayo, entre otros.

Se ha tenido una falsa idea del indígena selvático, lo han considerado sumiso aunque astuto, indiferente y holgazán. Ha sido desacreditado como si fuese una persona capaz de atacar a traición a cualquiera que él divise en la floresta. En este largo camino de luchas de resistencia que los indígenas amazónicos ofrecieron ante la invasión cultural y el arrebato de sus territorios de los que fueron víctimas, nunca fueron sumisos, siempre defendieron su heredad, sus tierras, sus costumbres, su raza, su pueblo, su familia, sus mujeres. Y morían valientemente en este propósito. Está latente el compromiso de revalorar el coraje y valentía del Hombre Amazónico ¡Adelante!

2 comentarios en “Resistencia del Hombre Amazónico al Poder Republicano Peruano

  1. Las correrías en Requena el siglo pasado, se ubican en ese contexto, es más, parten de la Tesis de que en la Amazonia son extensos territorios sin ocupación»

    En fin de las poblaciones indígenas se puede hablar mucho ya que se encuentra registrado por historiadores como el Prof. Rafael Saavedra; Prof. Barletti; Antrop. Chrif; Antrop. Gashé; Antrop. Moscoso. Muy poco difundido es cierto, pero hay material suficiente para estudiar.

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