Reforma completa

En un contexto social donde la mayoría de ciudadanos ha perdido la confianza de los gobernantes y nada más queda subsistir para preservar la democracia y donde la ciudadanía organizada está débil, se presentan iniciativas legislativas interesantes, pero no cubren el sabio clamor popular.
Nos referimos al proyecto de ley de la congresista loretana Patricia Donayre Pasquel, referido a que se elimine la inmunidad parlamentaria. Esto solo respondería a una de las exigencias ciudadanas. Existen otros reclamos como la escala remunerativa y pensionaria de los parlamentarios, y otros más.
En suma lo que se quiere es la Reforma Constitucional y adecuarla a las necesidades y exigencias presentes en varios aspectos para el desarrollo del país. Son cambios que la ciudadanía viene invocando en las diferentes regiones del país y desde los gobernantes centrales no parecen captar, o no les convendría por intereses de grupo o partidarios, que nada tiene que ver con el interés común de los que nacimos y habitamos en este hermoso país.
Qué dice la congresista Donayre sobre su proyecto? que inmunidad parlamentaria ha generado en la población la idea de que los congresistas tienen un trato diferenciado y que ha sido mal usada por los parlamentarios, quienes no han sido transparentes al momento de rendir cuentas.
¿Esa es la idea que tiene la población? Sí. Pero, no es solo una idea. La población habla de varias ideas, habla de reformas profundas capaces de enderezar un sistema que favorece la corrupción en su mínima y mega expresión, como venimos siendo testigos desde hace varios años. Hay una falta de credibilidad a casi todo y eso no es vida saludable para ningún compatriota.
En realidad no queremos que nos parchen la llanta, queremos propuestas globales capaces de aglutinar el clamor del pueblo, que sigue a la espera de los mecanismos democráticos que permitan encarar la crisis política y de gobierno que aún atravesamos.
Y seguiremos siendo espectadores mientras no se presente alguna iniciativa que siente la base del cambio total y aquí como ciudadanos seguimos fallando, también. No estamos organizados y no tenemos autoridades que en vez de solicitar kit de recolección de firmas para un solo reclamo, sirva para exigir reformas constitucionales para el resurgimiento del país.
En ese aspecto la ciudadanía también puede dar pasos firmes, porque existe la garantía del sistema democrático, y podría funcionar mejor que salir a las calles en protestas que, por la cólera contenida, puede tener signos violentos y tengan los antipatriotas la ocurrencia de tildarnos de “terroristas”, cuando el verdadero terror está en las mesas vacías, en el dinero que se va en la corrupción y miramos impávidos no poder hacer nada por recuperar el dinero robado para salvar nuestra nación. Recolectemos firmas para cambios sustanciales.