Reflexiones en momentos electoreros

Por: Gonzalo Tello Martín (*)

Al respecto de los anales de políticos, periodistas y de otros.
Leer a Juan Soregui Vargas, además de entretener, siempre produce un cúmulo de sorpresas y aprendizajes.
El libro «Anales de políticos, de periodistas y de otros» me convenció una vez más que el biólogo Soregui Vargas es un extraordinario narrador de cuentos.
En esta su nueva creación, estamos seguros que no será la última, ya que como él mismo repite en forma irónica que no tiene donde caerse muerto o que su velatorio será un fracaso por lo que la parca aún  no lo ha seleccionado, Juan Soregui, cual fino brujo amazónico, utiliza su verbo catártico para dejar un mensaje sutil contra aquellos que abundan hoy, más  nunca que antes, generando la podredumbre del sistema socio económico político ambiental imperante.
Con una sátira casi magistral se burla de aquellos para los que los valores y la moral son algo obsoleto en su esencia, aunque en la apariencia quieran mostrar lo contrario.
Contra ellos, que también contaminan la pureza del amor, la confianza y el ambiente, contra aquellos que huelen a azufre, al enemigo, a los mercenarios, Soregui envía virotes magistrales y eternos.
Siendo loretano hasta el tuétano, de la lectura de la obra he aprendido mucho, por ejemplo, que la mazamorra de arahuana acelera los movimientos peristálticos de los intestinos, al menos como cuento, con lo que el escritor demuestra tener una imaginación potente, un sentido del humor cáustico, además de gran conocimiento de la selva amazónica, el hombre y el porvenir.
Una obra inédita que es necesario y urgente publicarlo por su contenido analítico y satírico de una sociedad en decadencia. Hago votos para que Juan Soregui Vargas, escritor loretano, continúe liberando sus yashingos (demonios del monte) y que de ello salga más grande e incólume.

(*) Asesor de Food Agriculture Organitation Consultor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)