Re-centralista

Una verdadera descentralización se reclama en nuestro país desde hace varias décadas. Cada gobierno de turno en época electoral lo usa como uno de sus principales propuestas, pero una vez en Palacio de Gobierno casi todo cambia. Similar figura sucede en las regiones, provincias y distritos del país.
Y en relación a la economía el economista Roger Grández Rios, demuestra como ya ni siquiera es centralista, si no re-centralista: “A finales del mes de agosto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) publica el proyecto de Presupuesto de la República para el año fiscal 2022, proceso que comienza todos los años a partir del segundo trimestre, y para darle garantía en su diseño, contenido y consistencia, el MEF cuenta con el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) que es aprobado por el Consejo de Ministros.
La puesta en escena del presupuesto público para su debate y discusión, tanto en el parlamento como con la sociedad civil e instituciones en el marco de la descentralización y socialización de un instrumento de primer nivel e importancia que delinea la orientación de política pública, prioridades sectoriales y probables riesgos en su implementación, que como todo presupuesto, tiene un espectro de su no realización en su integridad”.
¿Cuán descentralista es el presupuesto público 2022? Lo destinado para gastos de inversión y ejecución de obras bajó en menor proporción para el 2022 respecto al presente año fiscal; la lógica del gobierno es mayor gasto social y menos incentivo a la inversión pública. Tiene un fuerte componente recentralista; donde el gobierno nacional se convierte en un pulpo, aduciendo las limitaciones de competencia de los gobiernos sub nacionales; y les entrega una pastilla tranquilizadora.
Para los gobiernos regionales, les anuncia que en la etapa de ejecución les aumentara progresivamente sus presupuesto con S/5 mil 279 millones y para los gobiernos locales S/3 mil 543 millones; como si este mecanismo de transferencias adicionales no es una práctica usual de todos los años.
Sería interesante que hasta el primer trimestre de 2022, el gobierno transfiera presupuestalmente estos S/8 mil 822 millones a los gobiernos subnacionales, para que vayan programando sus gastos en la lógica que todo contratación pública no baja de los tres meses en su programación.