«Que la historia no se repita»

Por: Duller M. Vásquez G.

Los Tratados de Límites de Fronteras del Perú con los países vecinos, son Tratados que nunca han favorecido al país y a la mayoría de la población, por no decir a toda, pues han sido realizados por gobernantes que no asumieron su función de defender y preservar el territorio y llevar al país hacia su desarrollo social, industrial, económico, educativo y cultural, al que debían de hacerlo; por el contrario; le han perjudicado por ser personas egoístas, ansiosas del poder económico, medrosos, dadivosos e ignorantes del valor del territorio patrio, tanto por la riqueza de su flora, fauna, minerales y diversos ríos que contiene en toda su extensión, sobre todo en la Amazonía, así como también de su valor ético y digno de respeto por ser el lugar donde hemos nacido, al que deberían amar por ser nuestro país de origen.

Estos gobernantes fueron amantes de la paz con los países vecinos y lo son hasta ahora y no dudan en tomar hasta medidas extremas para conseguirlo, como entregar el territorio patrio, incluido pueblos enteros, con el fin de seguir gozando los placeres que brinda el poder económico y político del Estado, pero, se cuidan mucho de que el pueblo no se entere, y el pueblo se entera solo cuando ya está consumado y es entonces que ya no pueden hacer nada para revocarlo.

Existe un paralelo de situaciones de Tratados Fronterizos en nuestra historia, por la forma y fondo de sus consecuencias, ambos fueron realizados en secreto y en desmedro del país; hechos vergonzosos y humillantes; como el del tirano Augusto Bernardino Leguía, consumado por Oscar Raymundo Benavides antaño, y el tirano Alberto Fujimori Fujimori, preso ahora y en peligro de consumarlo por Alan García ahora.

El 24 de marzo de 1922, se firmó en Lima en forma secreta, el nefasto Tratado Salomón – Lozano, por el que Leguía cede a Colombia 120,272 Km², incluido en este Tratado los territorios del Caquetá al Putumayo, el Trapecio Amazónico y la provincia de Leticia, con su población peruana. Esta vil acción después de cinco años en que se conoció su existencia, produce protestas en Loreto y en Lima el de los universitarios de San Marcos, pedidos de su revocación a Leguía y al Papa, con erogaciones de joyas de las damas y dinero del pueblo de Loreto, para la compra de armamentos para su defensa; la creación de la Junta Patriótica de Loreto el 27 de agosto de 1932, para recuperar Leticia, la toma de Leticia por 48 patriotas de Caballo Cocha el 1º de setiembre de 1932, la decisión del Presidente Luis Miguel Sánchez Cerro para defender esta acción patriótica, y su asesinato por el sicario Abelardo Mendoza Leyva, el 30 de abril de 1933, el ascenso de Benavides a Presidente ese mismo día, la muerte de héroes en Güeppi del Sargento Segundo Fernando Lores Tenazoa, el cabo Alberto Reyes Gamarra, los soldados Alfredo Vargas Guerra, Reynaldo Bartra Díaz, Elías Soplín Vargas y otros soldados héroes que se inmolaron en la defensa de la patria y asimismo, la rebelión del Sub Teniente Hildebrando Tejedo Monteza contra Benavides el 28 de junio de 1933, por la devolución de Leticia a Colombia.

El Ecuador, por el Protocolo de Río de Janeiro (29/01/1942) en el gobierno de Manuel Prado Ugarteche, consiguió ser República Amazónica, según el Art. 6º de dicho protocolo que indica: «El Ecuador gozará para la navegación en el río Amazonas y sus afluentes del norte, las mismas concesiones de que gozan Brasil y Colombia, más aquellas que fueran convenidas en un Tratado de Libre Comercio y Navegación, destinado a facilitar la navegación libre y gratuita en los referidos ríos.

Este Protocolo definió los límites de ambos países, procediéndose a colocar los hitos fronterizos para tal fin, pero el Ecuador, en forma maliciosa decidió no continuarla, alegando por más de cincuenta años su inejecutabilidad, quedando esta situación de rebeldía, en condiciones para mayores reclamos a gobernantes peruanos asequibles a sus fines expansionistas, el que resultó ser Alberto Fujimori, quien, en un afán de protagonismo decidió a todo costo, terminar la demarcación de la frontera común, para lo que envió cartas, documentos y proyectos en forma oculta para la suscripción de un Tratado de Libre Comercio y Navegación, al Presidente Borja, ofreciéndole facilidades portuarias, una Zona Franca en Iquitos y un Deposito Franco en otro punto del Amazonas o sus afluentes del norte, ante las presiones y pretensiones del Ecuador de extender su dominio hasta la margen izquierda del Amazonas en Iquitos, Ya anteriormente en el Acuerdo de Paz firmado en Itamaratí el 17 de febrero de 1995, tras los combates del Cenepa; El Ecuador que se había armado para tal fin, para eso se había cedido dos enclaves situados en los puertos de Saramirisa y el Pijuayal en Pevas, cerca de Iquitos, zonas de 150 hectáreas cada una por 50 años y prorrogables cada vez, o sea en forma definitiva, donde el Ecuador tendría soberanía funcional para siempre, pues su intención es poblarlos de ecuatorianos luego de su entrega. Estos enclaves del Ecuador, felizmente no se han ejecutado,  pero el gobierno actual de Alan García y Rafael Correa desean cumplirlo, para lo cual pretenden reunirse en dichos lugares o en otros, en fecha próxima de mayo o junio del presente año 2010, para su ejecución.

Esta ignominia no debe realizarse, para que no se cumplan los planes expansionistas del Ecuador hasta Iquitos; este país que aceptando los consejos del tirano chileno Pinochet, quien, cuando instaló la escuela de Guerra en ese país, recomendó que los militares ecuatorianos deben preocuparse en colocar en la Provincia de Maynas, dos puntas de lanza para que éstas camine solas… Por eso, los loretanos, debemos estar alertas a esta maniobra de entrega de territorio patrio de Loreto, que quieren realizar los mandatario de Ecuador y Perú, que no se cumplan y no permitir nunca su ejecutabilidad por ser una afrenta para Loreto y el Perú en general, y realizar acciones diversas, hasta heroicas para impedirlo.