Proyectos de confianza

Los parlamentarios dieron ayer la confianza al Gabinete Ministerial de Salvador del Solar. Ello se venía venir porque a la mayoría contraria a la gestión del gobierno central no les convenía, ellos quieren seguir en el cargo para continuar defendiendo lo indefendible, pero igual, sin rubor lo hacen.
Esto pensamos que no significa para nada que van a variar con su política de obstaculizaciones y blindaje, de camuflaje sobre hechos y personas que están comprometidas en presuntos actos de corrupción, donde las evidencias se puede decir son más que suficientes para pensar en culpabilidades.
En ese escenario que parece no cambiará, fue aprobada la cuestión de confianza con lo siguiente: Proyecto de ley de reforma constitucional para modificar los impedimentos para ser candidato. Proyecto de ley para regular la democracia interna. Proyecto para modificar la Ley Orgánica de Elecciones respecto al voto preferencial. Proyecto para modificar la inscripción y cancelación de partidos políticos y organizaciones políticas regionales. Proyecto para penalizar el financiamiento de organizaciones políticas. Y el Proyecto para modificar el proceso de levantamiento de la inmunidad parlamentaria.
Se ha dado un paso importante, pero así como se comporta la mayoría de parlamentarios no inspira ninguna confianza. Es una lucha titánica valiéndose de los procedimientos democráticos, para sacar la mejor ventaja a favor de los intereses nacionales.
Aunque lamentablemente el gobierno central en general no da muchas muestras claras de jugarse por los intereses de las mayorías pobres del país y no brinda la protección necesaria.
Suena un poco contradictorio cuando defienden las reformas que plantean y por otro lado no hay celeridad en la atención y solución de contratos lesivos a los intereses nacionales caso Hidrovía Amazónica, y no se muestra interés por revisiones técnicas o salidas políticas frente a los reclamos, por el contrario avanzan en su afán de cobrar peaje a las embarcaciones.
Lo que sí también debe hacer el gobierno es una reingeniería en la navegación fluvial, que se norme conforme a la realidad de los ríos y no sigan basados en normas marítimas y que no nos quieran imponer la navegabilidad de embarcaciones de gran calado como para el mar.
Las reformas deben ampliarse a la revisión de los criterios para la firma de convenios y contratos con empresas transnacionales, donde el Perú negocie con dignidad y no se quede en enorme desventaja. Qué raro que tengamos pésimos negociadores. Se sospecha haya corrupción.