Preservar la ley

Por lo visto, hay un total desinterés por llevar  a nuestra juventud por buen camino. Bares, vídeo pubs, centros de baile, discotecas y otras layas de antros diseminados especialmente por la periferia (PP.JJ y AA.HH), admiten a menores de edad, varones y mujeres ante la vista y paciencia de  la policía que, al parecer, se hace de la vista gorda, cuando debería actuar ipso facto e ipso jure interviniendo esos locales donde los muchachos y muchachas se inician en el alcoholismo y en la drogadicción, porque una cosa lleva a la otra. Y de allí a solo un paso, con toda seguridad, está la prostitución.

En estos casos no debería haber  ni amistad o influencias de por medio. Quien permite que un menor permanezca en un local de estos libando licor debe ser sancionado con todo el peso de la ley y clausurado definitivamente  su local para que nadie más siga en lo mismo. Y los  policías que por ahí andan de ronda o de ‘a pie’, nuevo estilo de vigilancia ciudadana de la PNP, también deben ser destituidos en el acto de la institución policial. No hay otra forma de preservar a nuestra niñez y juventud y el futuro moral de nuestra sociedad, pues de multas, clausuras temporales y/o llamadas de atención, ya estamos cansados.

Solamente es pararse a la salida de estos sitios para ver cómo chicas y chicos salen en evidente estado de ebriedad y en las más de veces fomentando escandalosas escenas que atentan la moral de los vecinos, para luego enrumbar zigzagueantes en sus vehículos, poniendo en riesgo su integridad física y de los demás por el riesgo de ocasionar un accidente de tránsito.

Por otro lado, los padres de familia deberían ser los primeros interesados en saber a dónde van sus hijos los fines de semana por las noches. En los hogares también hay culpa, porque si hubiera un control no tendríamos que estar comentando estos casos.

No esperemos a que nuestra juventud continúe el camino descarriado. Hay que iniciar una campaña que los haga reflexionar en lo mal que están yendo por la vida llevados de la mano de gente inescrupulosa que lo único  que busca es ganar dinero fácil a expensas de una niñez y juventud aún inmaduras e irreflexivas.