Piensas: ¡¡¡Vamos despertando!!!

Fernando Herman Moberg Tobies
http://riendasciegas.wordpress.com
hmoberg@hotmail.com
@FernandoMobergT

 

¡A veces es mejor no Pensar!
A dónde vamos a llegar como sociedad si ni siquiera sabemos hacia dónde tenemos que avanzar, no logramos entender hacia dónde tenemos que ir para mejorar, si siempre se siente un vacío.
Vivimos contradichos desde que nacemos, confundidos y distraídos que muchas veces no logramos trascender como quisiéramos. Todos los días nos llenamos de monóxido de carbono, de humo en los pulmones y eso ni llama nuestra atención, usamos productos que los terminamos tirando a la basura sin más uso que en su mayoría solo se vuelven masa inservible que ocupa espacio y que de paso contamina, arrojamos al agua químicos, petróleo, gasolina, entre otras sustancias que matan a los peces y especies de la fauna silvestre que son afectados por nuestro “desarrollo”, cuidamos nuestra salud y casi todo lo que consumimos está manipulado industrialmente que nos resta vida.
Uno aprende cuando esta alerta, cuando dejas de intentar comprender algo con las ideas que se tiene bajo los estilos de crianza recibidos; para evolucionar hay que dejar atrás hasta las circunstancias que nos dan comodidad, es parte del proceso, el gran sacrificio, la interacción y el análisis de lo que hacemos y decimos.
Hay personas que aún luchan por derechos que consideran esenciales, y en su momento alguien de nuestra línea sanguínea tiene que haber pasado por lo mismo en el pasado. La historia nos muestra cómo los cambios se han ido desarrollando, en el pasado las personas de color eran consideradas animales sin derecho, los inkas y mestizos eran esclavos sin cultura y sin derechos, todos en su momento no hemos encajado en los esquemas de la sociedad que crea y juzga de acuerdo a sus intereses mortales en sus diferentes clases.
Nos educan bajo la ciencia y la investigación, y cuando se llega a las respuestas evidentes del sistema manipulador y sin divinidad, los azotes intentan detener la curiosidad de los que sí se atrevieron a seguir buscando las respuestas. La información nos hace libres, pero nos conformamos en ser sádicos románticos, tirando látigo a quienes no encajan en los parámetros establecidos de los que despertaron primero y demarcaron qué es correcto o incorrecto.
La orientación es un proceso en donde se va formando la identidad de acuerdo a lo que se va absorbiendo del medio en donde uno se desenvuelve, la opción es algo que nace bajo estímulos del momento. Todas las personas estamos orientadas a relacionarnos de cierta manera que luego en la mayoría de veces en esas relaciones arrastramos vacíos emocionales que generan que uno se estanque y a veces se aleje de la competitividad laboral, manteniéndose en el fracaso social, ya que ni se entiende qué es lo que nos mantiene infelices.
Nos hemos olvidado del The Trans Pacific Partnership – TPP, un acuerdo de comercio internacional que nos va a dejar sin medicamentos genéricos, nos conducirá a una salud pública costosa; si con el presupuesto actual no hay un buen servicio, cómo será cuando se destine más dinero a los medicamentos de marca de las transnacionales, este maravilloso acuerdo matará a más personas pobres y creará más brecha social. Tampoco se podrán usar libremente las semillas como intercambio, como lo hacen nuestros hermanos de ciertos caseríos, que cambian semillas por otros productos.
Contaminan nuestros ríos y muchos que se llenan la boca no asisten a las marchas promovidas por jóvenes que no juzgan, sino que se integran, derramaron petróleo en el agua que afecta nuestra salud y a los que les encanta criticar o dar sus ideas para sentirse ilustrados o superiores con la “ética y la moral” (solo cuando los ven), ni siquiera dejaron la siesta después del almuerzo para dar su apoyo a sus propios hermanos amazónicos, a los indígenas que pagan las consecuencias del lucro capitalino y sus redes internacionales.
Si aprendiéramos de las diferencias del ser humano como raza evolutiva y su complejidad en su desarrollo y relaciones, podríamos ser más felices porque ya no juzgaríamos, sino aportaríamos. Todos pasamos por varios conflictos familiares que nos marcan y lo cargamos a lo largo de nuestra vida, en algunos el peso es mayor que en el de otros, pero como no sabemos la complejidad no deberíamos ni atrevernos a comentar por respeto al propio proceso de cada persona para intentar al menos ser feliz ante tantas adversidades impuestas por la sociedad.
A veces hasta los animales son más integrados que la especie mejor evolucionada, el ser humano. Tanto ha sido el éxito de la industrialización y el consumismo que han logrado manipularnos a sus antojo para seguir manteniéndolos como los que dirigen el mundo. Al humano le encanta la pose, demostrar su poder o lo que tiene, busca la forma que todos reconozcan su esfuerzo y sacrificios, necesita demostrar que algo hace diferente y que esta bendecido para poder seguir. Una ironía sería que los animales no mueren ni por hipertensión, estrés a largo plazo o depresión, entonces aparece la pregunta quién vive mejor.
En su magnitud la raza humana esta descarriada, no en su totalidad por supuesto, pero en cada grupo humano hay positivo y negativo. Según artículos internacionales, el primer poder mundial es el narcotráfico, pero esto refleja algo muy interesante, que si las personas en todo el mundo están consumiendo químicos que les ayuda a desconectarse de la realidad, es porque en sí el sistema no está funcionado bien orientado, solo beneficia a unos cuantos y destruye a la mayoría.
La vida es un juego que con la experiencia se llega a comprender, pero llega tarde, casi ya en la última etapa, en la vejez, y ahí ya queda poca energía para poder tomar un rumbo diferente, pero imaginémonos que podamos encontrar algunas alternativas en el momento preciso para darle un giro diferente a nuestros sueños y borrar nuestras frustraciones. Todo ser humano está en su lucha, confundido y distraído, por eso debemos seguir buscando el conocimiento y respetar las decisiones de los demás.
Todo lo que sucede es la reacción de la misma sociedad, la delincuencia, los abortos, las infidelidades, los suicidios, los crímenes, la violencia familiar, muchos de ellos no son directos, pero la influencia de las malas acciones políticas es grande.
La utopía se simplifica a vivir en libertad, en armonía con la naturaleza, sin trabajo, sin estrés, sin tener que alejarnos de la familia y sufrir cuando empiezan a morir. La vida es un juego tan alucinante que aunque a veces ya aprendas a ver el partido, acabas volviendo a jugar y ser parte del sistema engatusador, cíclico, complicado, interesante, vuelto tan humano.