Padre Raymundo un ejemplo de humanidad y servicio al bien común

Aunque no le gusta que se lo reconozcan, es la verdad.

Donde va él transmite una sensación de paz, de esperanza renovada, de desinterés y apoyo total a los más necesitados. Por algo administra cuatro casas en las que da albergue a varios seres humanos qué, por uno u otro motivo, fueron por caminos de la vida que no pensaban eran tan difíciles o diferentes a los caminos de otros.
El Padre Raymundo, siempre está en acción. Incluso en los días en los que podría estar descansando, él está visitando las casas que administra, llevando palabra de aliento a los atendidos en esos lugares. Se desplaza en motocarro, sencillo, libre, tomando el aire que necesita para seguir en su infatigable labor humana.
Acaba de estar en una misa para los 45 abuelitos albergados en la casa estancia de la Beneficencia Pública. Todos ellos escucharon la misa de manera serena, con fe y contentos que sea el padre mencionado quien les lleve la palabra de Dios en esta Navidad.


El personal del albergue, como siempre se portó a la altura. Todos los abuelitos bien presentados y felices, la Lic. María García, es dable de destacar porque pese a que no labora ahí; siempre los recuerda y hace todo lo necesario para que los albergados estén bien puestos. Los ambientes, que fueron adornados por el personal de la casa estancia, lucieron bien en el marco de la Navidad.
La Pandemia ha cambiado todo, lo que no ha podido cambiar es el amor de muchos hacia todos los albergados en ese centro del adulto mayor. Dios los debe tener en un lugar especial de su corazón. ¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!