Orates sin casa

Ellos no están en la capacidad de realizar marchas de protesta, ellos están en un mundo que solo les pertenece, ellos esperan sin saber que quienes sean responsables de su integridad física empiecen a hacer algo por encontrarles un espacio para tener calidad de vida.
Hemos observado que las caritas de la gente que transita por las calles con las miradas perdidas, son nuevas. Son rostros que antes no habíamos visto caminando, o hablando solos, o esbozando palabras agresivas, o mirando fijamente los pasos de los “normales”.
Y es que nos preguntamos cuán normal puede ser vivir observando cómo muchos de estos ciudadanos que han perdido el control de sus vidas en forma consciente, deben seguir haciéndolo sin que podamos organizarnos y hacer algo más por ellos, que mirarlos y compadecernos.
Es cierto que existe una instancia en la entidad del sector Salud para atenderlos, pero, fueron varias veces que escuchamos a los responsables que carecen de los recursos humanos y materiales para poder aplicar las normativas que están vigentes a favor de los orates sin casa.
De quién o de quiénes tendrá que salir la motivación para empezar a hacer algo por ellos; lo primero, ver las condiciones legales en que se encuentran y que se resuelvan sus casos. Esto sonará extraño, pero es así, tiene que determinarse en qué situación están como parte de esta sociedad.
Una experiencia nos reveló que no es que podamos coger a uno de ellos y llevarlos para ayudarles y darles acogida, en caso se tratara de una de las personas con alteraciones mentales leves, pero de cuidado. Cuando se intentó ayudar, salieron no sabemos de dónde, familiares que dijeron que lo dejen como está, porque así es “feliz”.
En el fondo se trataba de que no querían asumir realmente su responsabilidad familiar. Y haciendo las averiguaciones del caso, nos explicaron que tiene que darse todo un proceso que puede iniciarse con una constatación policial del estado de la persona abandonada con problemas mentales, o también directamente por la Fiscalía, y así un procedimiento legal para determinar la condición y la decisión para la atención y el proceso de recuperación de los ciudadanos que en día y noche, su mundo es la tiniebla. Falta acción y ganas de buscar solución a este problema social.