No hubo vacancia

Quienes estamos de observadores de los acontecimientos ciudadanos y políticos de nuestra región, solo esperábamos el desenlace de la sesión del Consejo Regional para, una vez más, corroborar lo que semanas antes habíamos comentado. Que esta pretendida vacancia del Presidente Regional,  presentada por el ciudadano Robinson Rivadeneyra, no iba a prosperar, por no haber tenido argumentos ceñidos a la ley.

En estos últimos meses la comidilla fue la vacancia. Procesos presentados contra uno y otro, a ver si uno de ellos liga, para distraer a la gente de cosas más importantes que sí afectan a la región, o para sacar una ganancia política y estar en los periódicos, en las radios y la televisión, aprovechándose de la forma más vulgar de este derecho constitucional.

Solo quedan dos meses para que las personas adictas a presentar este tipo de procesos lo hagan porque a partir del próximo año no habrá ninguno por ser el último año de gestión de las autoridades.  Un par de meses y en el Jurado Nacional de Elecciones estarán libres de tanta pérdida de tiempo que ocasionan estos reclamos de justicia, como le llaman.

Hay una estadística que sitúa al Perú como el primer país  en procesos de vacancia, como si eso fuera el mejor remedio para los males que le aquejan a un distrito, una provincia o una región.

Lo mejor que la ciudadanía podría hacer para que no haya este tipo de interrupciones y distracciones del trabajo de las autoridades, sería el escoger entre los candidatos a los más calificados como personas decentes, honorables y capacitadas para el ejercicio del poder y, no dejarse llevar por el momento de la euforia del trago, los regalos y el baile que le ofrecen los candidatos, que al final resulta una estafa para la expectativa ciudadana, de tener autoridades que no miran más allá de sus intereses personales y de grupo.