Un breve recorrido nocturno por las calles de Iquitos hizo que constatáramos, como seguro muchos de ustedes, que para un segmento notorio de la población el virus ya no les afectaría, porque se les ve sin mascarillas, muy confiados andando como lo hacíamos antes del 15 de marzo de este año.
La situación actual no se compara en nada a lo vivido durante abril y mayo, pero tampoco quiere decir que ya estamos libres de algún rebrote del Covid-19, que por supuesto lo deseamos de alma, corazón y vida que se debilite totalmente y desaparezca.
Eso quisiéramos, pero nada está dicho en cuanto al comportamiento de este nuevo coronavirus; es más, los expertos advierten que por la conducta que estamos asumiendo como pueblo iquiteño, estamos en un enorme riesgo de rebrote.
Si es que logramos la inmunidad de rebaño, lo cual como sabemos todavía no ha sido confirmado, está pendiente de más estudios y resultados; esto no es de por vida como ya se hizo público mundialmente, dura de 2, 3, hasta cuatro meses y pueden volver los contagios.
La situación es impredecible y por eso se debe seguir con las medidas de protección con la mascarilla y el protector facial, sobre todo esto último cuando se está en lugares donde hay aglomeración de personas, así como el distanciamiento social de dos metros.
A esto se añade el constante lavado de manos con agua y jabón de la forma como ya nos han enseñado. También la desinfección en el hogar, de las superficies como piso, y el lavado de la ropa que se usó al salir a la calle, entre otras importantes recomendaciones de salubridad. Y, por supuesto, comer lo más sano y nutritivo posible.
En cuanto a prevención, nosotros tenemos nuestras medicinas tradicionales que, si bien no han sido confirmadas científicamente, tienen virtudes para retener el avance del virus; en la práctica, mucha gente se ha aliviado y hasta hay testimonios de sanación. Esto es como un vale todo, pero ojo, nada de auto medicarse. Sigamos en la lucha por nuestra vida y salud.
Muy confiados
