Mundial de ilusiones

El mundial de México 70, Argentina 78, España 82, Francia 98, Rusia 2018 y cuantos más mundiales pasaron hasta llegar al que se avecina de Qatar 2022, y de pensar que el primer mundial de fútbol fue el de Uruguay en 1930. Millones de nosotros no habíamos nacido.
Desde entonces nuestro país con nuestra selección nos ha hecho vibrar de emoción en varios de estos eventos deportivos mundiales de la disciplina futbolística. El contexto no ha cambiado cuando de encuentros del balompié se trata, como lo que estamos viviendo en los dos partidos rumbo al nuevo mundial.
En particular desde hace mucho tiempo ya dudamos de sentarnos frente al televisor para apreciar estos partidos, pero por solidaridad al sentir de la gran mayoría compartimos esos momentos, “sin querer queriendo”, a veces con canchita y su respectivo refresco de fruta.
Se comparte ver el encuentro de la selección peruana de fútbol de distintas formas y lo decíamos en una anterior ocasión al referirnos al tema de este deporte, que ojalá como peruanos nos mostráramos tan entusiasmados en darnos la mano para ayudar a que superemos situaciones difíciles de la vida.
Somos capaces de llorar por nuestra selección, pero no nos conmueve ver paisanos loretanos deambular en las calles por un trastorno mental, o saber de niños que no han comido nada y se encuentran hoy llorando de hambre. Somos campeones de la indiferencia, pero el juego bonito nos despierta hasta gritar a viva voz. Y seguimos con la reflexión:
La verdad que el partido de anoche estuvo mundialmente bien sudado por parte de la selección peruana, pero no podemos, y eso es nuestro entender, pensar solo en meter goles a un arco, sino ver cómo le ganamos por goleada a la desnutrición crónica infantil, por ejemplo.
Mientras tengamos una infancia que no recibe una alimentación adecuada desde su nacimiento, pasando por una buena educación y otras necesidades básicas, seguiremos teniendo a una selección que solo pueda darnos muchas ilusiones, mundiales de ilusiones.
Y no será solo “culpa” del árbitro haber facilitado nuestra derrota, sino que con más energía podremos superar esas “trampitas” que hasta parece contar con aval solapado superior, de anular cualquier situación que ponga en riesgo la continuidad de Brasil en el torneo. Mundialmente decepcionados, una vez más.