Miguel Grau peruano del Milenio

Si revisáramos la historia del Perú en sus más mínimos detalles,  en ninguno de ellos faltaría siquiera un ápice de la imagen del egregio guerrero del Perú que inmoló su vida en heroico combate en defensa de nuestro honor y  heredad.

Dentro de todo el matiz histórico que reviste la historia de este hombre ejemplar, se dibuja con letras de molde una fecha gloriosa como es el combate naval de Angamos, episodio cimero en la historia naval del Perú, en los momentos aciagos que culminaron con la muerte de nuestro Miguel  Grau, cuando comandaba al «Huáscar» sin par.

Evocar los brillantes pasajes de su vida ejemplar, nos llevaría a la utilización de páginas enteras, sin embargo, basta ocuparse de solo un episodio referido a su nobleza y caballerosidad para tener una idea cabal de su prosapia innata como ciudadano y como hombre.

Tal episodio nos lo muestra ordenando a su tripulación el rescate inmediato de los náufragos de la  nave enemiga mandada a pique por el espolonazo del «Huáscar»; y en otra muestra  de su grandeza, se recuerda la hermosa misiva que enviara a la esposa del almirante Prat fallecido en combate, devolviéndole la espada y las preseas del ilustre marino chileno que siempre mostró, al igual que Grau, el vivo deseo de no tener que enfrentarse ente ellos,  dada la hermosa amistad que unía a ambos; pero la guerra es así, no respeta pariente amigos ni prójimos.

Hoy 8 de octubre del 2010, celebramos con fe y unción patriótica los 189 años de creación de nuestra gloriosa Marina de Guerra del Perú y 131 años de la Batalla Naval de Angamos, episodio  glorioso para nuestra historia patria, pues fue el cierre de toda una vida dedicada a servir con honor, lealtad y heroísmo a la patria y a la Gloriosa Marina de Guerra del Perú.