Meollo del asunto

La coyuntura política de gobernanza está tan encendida como la cólera de los indígenas de Loreto que vienen reuniéndose por enésima vez con representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros – PCM y la solución a sus problemas básicos avanza como balsa de topa en río manso.
Así como el meollo del asunto, o vale decir la razón por lo que se empuja a que se haga realidad la vacancia del presidente de la República Martín Vizcarra, es que muchos congresistas o quizás la mayoría quiere quedarse más tiempo en sus sillones por el don dinero; en el tema indígena la solución a sus demandas en realidad también tomará más tiempo de lo que desean los pueblos y que no debería ser.
En el primer caso es un alargue de tiempo negativo porque se proyectó de otra manera, en el segundo caso el alargue de tiempo también es negativo, pero aquí si es válido que debería ser mucho menos el tiempo de espera para que se realicen las obras básicas como agua, desagüe, tratamiento de aguas servidas, electricidad, infraestructura educativa y de salud, entre lo más urgente.
Y esta urgencia no es un capricho, es una exigencia ligada a lograr disminuir los embates de la contaminación petrolera. Esto tenemos entendido ha quedado claro que se va realizar, pero en un proceso de uno a dos años, que es el tiempo que los trámites demoran en el sector público o estatal, puesto que se tienen que cumplir una serie de requisitos, como también tienen que gestionar el destrabe que ocasionan ciertas normativas para que los proyectos finalmente se hagan realidad.
De que se ha avanzado, por supuesto que sí, se ha avanzado, hay un orden en lo que se refiere a la priorización de los proyectos de desarrollo, ya que parece no veremos alcaldes priorizando una plaza de seis millones de soles cuando tiene a sus pueblos sin servicio de agua segura o potable para su uso.
Pero, las federaciones indígenas también quieren puntos concretos en lo que ellos denominan el plan post petróleo y que también debería estar en la agenda política regional, no solo en la agenda de la lucha indígena, porque se proyecta a cómo se sustentará nuestra economía regional cuando se acabe el oro negro.
Es un tema que intuimos el centralismo no quiere ni oír y lo disimulan muy bien. No quieren tratarlo porque primero implica atender una agenda inmediata y no a dos años, en cuanto a sus necesidades básicas, y un segundo aspecto es lo relacionado a la contaminación y la remediación de estos pasivos ambientales, que como ya nos enteramos hace poco la Pluspetrol no quiere remediar lo que la Oxidental hizo, y es lo más numeroso, aproximadamente 2 mil, mientras el gobierno se hace de la vista gorda, ciegos, sordos y mudos.