Mensaje de Amor

“Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está su nombre, es el Señor”… dice la letra de una canción católica para referirse a Cristo y Dios Padre. Ese es el mensaje de amor que nos trae al Perú y a toda Latinoamérica el Papa Francisco, aunque no estará en todos los países y aunque muchos no sean de su religión, existen puntos en común, como el “amarnos los unos a los otros”.
Esa frase significa mucho, pero no lo queremos acuñar a nuestras vidas en la profundidad del concepto. Y el amar va más allá del amor de pareja, del amor de padres y madres a hijos, del amor entre hermanos, entre parientes, entre amigos.
El amor al prójimo es ese sentimiento que nos inquieta cuando vemos mucha gente conocida o no conocida que no tiene un empleo, cuando vemos a muchos niños y niñas exponiéndose “trabajando” en las calles de la ciudad, cuando vemos adolescentes que no tienen oportunidades de estudios, cuando nos percatamos que los ancianos ya no encuentran acogida en el hogar; y estos hechos mueven nuestro corazón, esto es la extensión del amar.
Ese sentimiento que es capaz de movernos para intentar algo mejor para nuestro semejante, que es el siguiente paso luego del amor propio, si no hemos aprendido a amarnos respetarnos a nosotros mismos no podremos hacer extensivo el amor al prójimo.
Podrán generarse muchas discrepancias sobre la administración del Estado de El Vaticano, a propósito de la visita del Papa Francisco, pero nadie podrá negar que los gestos que viene dando al mundo cristiano van marcando muchas vidas para bien. Y esperamos que al llegar hoy a Lima justo en el día del aniversario de la “tres veces coronada villa”, sus palabras sean un mandato para las autoridades centrales. Será un gran honor para los limeños tenerlo en su ciudad.
Aunque haya muchas voces discordantes, también hay muchas voces de quienes al margen de religiones exhortan a que nos unan los valores coincidentes, y en nuestro país tenemos mucho porque orar, por elevar una plegaria, que debería estar acompañada de cambios de actitud, para lograr que la profundidad del mensaje de Amor al Prójimo, nos lleve a que se haga justicia al momento de repartir la riqueza entre los hombres y mujeres de la tierra.
Nuestro mensaje será vacío si solo es de palabra y no de acción cuando hablamos de moral, de decencia, de igualdad, de descentralización, de transparencia en la información, de administrar bien los recursos económicos del Estado, de respeto, de protección de la naturaleza, de combatir la corrupción, del perdón sí pero con sanción justa. Para que la visita y el mensaje del Papa Francisco deje huella en un antes y un después, también depende de nosotros.